Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides) - “Desde julio del 2016, el conflicto entre el
Jefe tradicional Jean-Prince Kamwina-Nsapu Pandi y las autoridades de la
provincia central del Kasai ha tomado una dimensión trágica que va
mucho más allá del problema de origen y que ahora afecta a diferentes
comunidades del Kasai” afirma un comunicado enviado a la Agencia Fides,
de la Asamblea Provincial Episcopal del Kananga.
Los enfrentamientos y la violencia cometida por los seguidores de
Kamwina-Nsapu, asesinado por la policía en agosto de 2016, “han causado
la muerte de cientos de personas, entre ellos muchos jóvenes y niños,
con violaciones sistemáticas de los derechos humanos fundamentales y
destrucción de infraestructuras públicas”, afirman los obispos. Los
residentes de varios pueblos vagan por los bosques sin ayuda, mientras
que muchos jóvenes y niños, están abandonados a sí mismos, “son
instrumentalizados y reclutados como protagonistas del conflicto”.
La violencia no ha pasado por alto a la Iglesia: “iglesias, hospitales,
centros de salud, escuelas y propiedades de la Iglesia han sido
saqueadas”.
Las causas de la crisis, según los Obispos, se deben a la “mala gestión
de los asuntos administrativos del poder tradicional que ha sido
manipulado y politizado”. A esta causa inicial se han sumado “las
frustraciones de una región que durante mucho tiempo se ha visto
marginada y el desempleo que sufren muchos jóvenes”. Una vez que se
enciende la llama de la violencia, la represión policial ha “dado lugar a
un movimiento popular de resistencia que va más allá del origen del
problema”, dicen los Obispos, que señalan que la violencia no sólo la
comenten los seguidores de Kamwina-Nsapu, sino también la gente en busca
de venganza personal y los criminales que “se aprovechan de los
ciudadanos completamente pacíficos y saquean las infraestructuras”.
Para poner fin a la violencia, los Obispos piden a la policía que actúe
profesionalmente, protegiendo a los ciudadanos y a sus bienes; a los
políticos que hagan gestos de pacificación y para serenar los ánimos,a
demás de procesar a los autores de los delitos; a los líderes
tradicionales que eviten que los jóvenes se alisten en las milicias. Por
último piden al personal de la Iglesia y a los fieles, que recen por la
paz, recitando a diarias en las parroquias la oración por los 125 años
de evangelización. Los Obispos por último han decretado que la Cuaresma
estará consagrada a la oración por los muertos y por la paz en Kasai, y
han organizado una recaudación de fondos y de bienes materiales por los
desplazados.