Bangkok, TAILANDIA (Agencia Fides, 28/02/2017) – Son 22 los países asiáticos que han mostrado
interés y se han unido a la iniciativa promovida por el Banco Mundial
“Human centered business model: a holistic approach to a new model of
doing business”. La iniciativa nace de la convicción de que la crisis
trascendental actual exige soluciones innovadoras para combatir la
desigualdad, el conflicto social, la contaminación, el agotamiento de
los recursos naturales, el cambio climático y el deterioro de los
paisajes urbanos y rurales. Todo ello son problemáticas muy presentes y
discutidas en varios países asiáticos, donde las comunidades cristianas
siempre han dado su contribución, sobre todo después de la publicación
de la Encíclica Laudato si’.
El “Global Forum on law, justice and development”, de la Banca Mundial,
ha promovido un nuevo modelo de hacer empresa, centrado en el ser
humano, en sintonía con la urgencia de volver a pensar en las
modalidades de producción, según la Agenda Onu 2030 para el desarrollo
Sostenible. Esta agenda indica claramente “la necesidad de individuar
modalidades socialmente responsables de producir y consumir, compatibles
con la búsqueda de una ganancia justa pero también con la cohesión
social y el respeto por el medio ambiente”.
Según la información de la Agencia Fides, el proyecto, que ha encontrado
eco en los países asiáticos y ha ganado el interés de muchos líderes
cristianos, tiene como objetivo contribuir a desarrollar y experimentar
en el terreno un nuevo modelo de empresa económicamente sostenible,
respetuoso de los derechos humanos, del medio ambiente y de las
comunidades locales en las se introduce.
El proyecto pretende involucrar de forma activa a los actores
institucionales y privados y se estructura entorno a seis pilares:
seguir los principios-guía (producir en el respeto de los objetivos
globales de desarrollo sostenible); crear nuevas formas jurídicas;
elaborar modalidades innovativas de financiación y soluciones fiscales
para sostener las empresas que adoptan este modelo; presentar políticas
de empresa respetuosas de la legalidad y de los estándares ambientales y
éticos; garantizar formación y sistemas de apoyo técnico
especializados, en la fase de lanzamiento de las nuevas empresas,
haciendo recurso a la colaboración con universidades, asociaciones
profesionales, comunidades locales.