Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 28/02/2017 - El bloqueo político es preocupante y amenaza
con sumir a nuestro país en un desorden incontrolable”. Esta es la
advertencia lanzada por los Obispos de la República Democrática del
Congo, donde tras de la muerte del oponente histórico Etienne Tshisekedi, y mayoría y la oposición no llegan a un
acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional como estaba previsto
en los acuerdos de san Silvestre, encargado de conducir al país a las
elecciones.
“Los desacuerdos dentro de la clase política, y las tensiones en el
país, pueden conducir a la nación al caos”, escriben los Obispos en un
mensaje enviado a la Agencia Fides.
Volviendo sobre las etapas de la crisis, originada “después del bloqueo
del proceso electoral cuya regularidad y continuidad se han visto
interrumpidas” (había que votar antes de diciembre de 2016, para elegir a
un nuevo jefe de estado), los Obispos recuerdan que fue el presidente
saliente, Joseph Kabila, quién solicitó su mediación que llevó a los
acuerdos del 31 de Diciembre.
Los dos nudos en los que se ha parado el diálogo son las modalidades de
designación del Primer Ministro y la repartición de los diversos
ministerios entre la mayoría y la oposición. Para superar estos
obstáculos, los Obispos piden a las fuerzas políticas “un diálogo
abierto, basado en la buena fe y la confianza mutua” y recuerdan que la
Conferencia Episcopal tiene solamente un papel mediador. Por lo tanto es
inaceptable que se produzcan “amenazas y violencia recurrente,
resultado de la manipulación, dirigida contra la Iglesia católica por
razones que no han sido reveladas”.
La violencia que agita al país (véase la noticia sobre la ficha técnica)
“es una verdadera tragedia”. “¿No es mucha casualidad que esto suceda
en el período previo a las elecciones? Tememos una organización que
retrase o impida la celebración de las elecciones”, dicen los obispos.
Para superar esta situación, los Obispos piden a los partidos políticos
que se involucren con lealtad, aplicando el acuerdo de San Silvestre; al
Presidente en ejercicio y a las fuerzas del orden que proporcionen
seguridad a la población para evitar caer en la trampa de incitar con
discursos de odio y a la comunidad internacional que acompañe a la
República Democrática del Congo en esta difícil transición.