San Juan, PUERTO RICO (Agencia Fides, 02/10/2017) – “Puerto Rico esta derribado, pero no
aniquilado”, refiere a la Agencia Fides Mons. Roberto O. González
Nieves, OFM, Arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Presidente de la
Conferencia Episcopal de Puerto Rico (CEP). El Arzobispo, junto con
Mons. Eusebio Ramos Morales, obispo de Caguas, Administrador apostólico
de Fajardo-Humacao, Secretario de la CEP, ha firmado la Carta Pastoral
de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña con motivo del paso de los
Huracanas Irma y María, que en el mes de septiembre han arrasado el país
al igual que en otras islas caribeñas.
En la Carta pastoral, enviada a la Agencia Fides, Mons Nieves expresa
todo su dolor “al ver tanto llanto y angustia en los rostros humanos de
nuestro pueblo”, además de expresar su solidaridad a la población
mexicana que ha sufrido el terremoto. “Que la herida que nos une sea
causa de unidad y renacimiento” afirma el Arzobispo. El texto continua:
“Es una herida que también compartirnos con todos los lugares en el
Caribe y en Estados Unidos que han sido azotados por los huracanes
Harvey, Irma, Katia y María. Desde hace algunos días, hemos comenzado a
recibir las voces de solidaridad de diversos hermanos y hermanas por
todo el mundo. A través de los canales oficiales, los medios de
comunicación, las parroquias y personas en particular, han comenzado a
emerger los datos de la devastación y destrucción de nuestro
archipiélago puertorriqueño, especialmente la pérdida de vidas humanas, y
unido a ello, el gran menoscabo de nuestras casas, iglesias, escuelas,
cu
ltivos,
ganados, etc. Estos datos poco a poco nos van haciendo conscientes, que
nuestra vida no será como la de antes”.
Dirigiéndose a la población puertorriqueña, el Presidente de la
Conferencia Episcopal insta a no abatirse y a no ceder a la
desesperación y al caos provocados por esta serie de catástrofes que se
suman a la crisis económica en la que se encuentra el país: “Unidos a
Cristo, nuestra vida puede dar mucho fruto, evitando el pesimismo y
dando paso a la esperanza”, afirma.
En su invitación a renacer y a la reconstrucción del País, el Arzobispo
explica que “renacer requiere un compromiso con nuestra tierra, somos
sus administradores y no sus depredadores. Nuestras casas, escuelas,
templos, carreteras y propiedades están seriamente laceradas. También
las iglesias de nuestros y hermanas de la comunidad ecuménica, las
sinagogas de nuestros hermanos hebreos, así como las mezquitas de los
musulmanes que habitan en Puerto Rico. No permitamos que nuestro ánimo
desfallezca dando espacio al egoísmo y a la violencia. Solo la unión
hace la fuerza”.
“Tenemos que redescubrir la perla de los mares, es necesario que
caminemos juntos, ayudándonos los unos a los otros para que la belleza
de nuestra patria, sus montañas, campos, ríos, mares y ciudades, brillen
nuevamente. Queremos invitar a un gesto de caridad con los más
afectados a través de una colecta en nuestras diócesis. Además
coordinaremos un gesto de solidaridad nacional a través de Cáritas de
Puerto Rico” concluye Mons. Nieves.
La isla más pequeña de las Grandes Antillas está en plena emergencia.
Los 3,4 millones de habitantes están luchando con apagones continuos y
no hay combustible para ejecutar los generadores de energía. Los daños a
las viviendas y las infraestructuras son enormes, con centros enteros
habitados prácticamente arrasados o carreteras completamente destruidas.
También hay grandes problemas debidos a la falta de electricidad en los
hospitales. Muchas farmacias están cerradas por daños estructurales,
falta de medicamentos y de bienes de primera necesidad.