Ranchi, INDIA (Agencia Fides, 08/08/2019) - "La situación en Cachemira es delicada y
requiere un esfuerzo de todos por la paz y la reconciliación para que no
degenere. Hoy la acompañamos con nuestra oración. Expresamos nuestra
cercanía al pueblo de Cachemira que una vez más vive días de tensión y
sufrimiento. Esperamos una evolución pacífica, oramos por la paz en
Cachemira y en toda la India", asegura el obispo Theodore Mascarenhas,
ahora obispo auxiliar de Ranchi, que acaba de terminar su cargo como
secretario general de la Conferencia Episcopal de la India, expresando
la preocupación y la atención de la comunidad católica india por la
situación en Cachemira.
Con una medida aprobada por la Cámara Baja del Parlamento indio, la
India revocó el "estatuto especial" concedido a Cachemira por la
Constitución de 1947. La región del noroeste de la India, el único
estado indio con mayoría musulmana (68% de una población local de 14,5
millones de habitantes), se convertirá en un "territorio de la Unión",
es decir, administrado por el gobierno federal a través de un
representante ejecutivo.
La decisión ha generado protestas y disturbios en el territorio que ha
sido privado de autonomía. Según el p. Shaiju Chacko, portavoz de la
diócesis de Jammu-Srinagar, la única diócesis católica de Kashamir, "la
decisión -señaló en una conversación con Fides- podría generar un mayor
sentido de distancia y alienación entre la población local y el gobierno
central, aumentando la inestabilidad interna y los riesgos de
radicalización violenta, especialmente entre los jóvenes", en una zona
en la que los grupos yihadistas y extremistas ya han organizado ataques
en el pasado.
En el estado se han registrado disturbios y protestas y las fuerzas de
seguridad indias (el gobierno ha enviado 50 000 nuevos soldados, además
de los 60 000 ya presentes) han arrestado a más de 500 personas, para
prevenir los riesgos de otras manifestaciones callejeras y de posibles
ataques terroristas. Dada la tensión, se han retirado unos 20.000
peregrinos y turistas y Cachemira está aislada de los contactos
externos. En un clima social muy tenso e inestable, destacó el p.
Chacko, la Iglesia local llama a la prudencia, a no dejarse llevar por
la violencia y a mantener la calma. "Seguimos trabajando, a nivel
pastoral y social, por el bien de la población. Pedimos al gobierno de
Nueva Delhi un gesto de tranquilidad y reconciliación hacia la población
local que ya ha sufrido demasiado".