Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 30/08/2019) - Un sacerdote nigeriano fue asesinado mientras
mediaba en un conflicto entre grupos étnicos en el centro-este de
Nigeria. El 29 de agosto, el padre David Tanko fue detenido por hombres
armados de camino a la aldea de Takum, donde debía asistir a una reunión
para alcanzar un acuerdo de paz que pondría fin a la crisis entre los
Tiv y los Jukun.
Según fuentes locales, los delincuentes, quizás pertenecientes a una
milicia Tiv, después de matar al padre Tanko incendiaron el cuerpo del
sacerdote y su automóvil.
Monseñor Charles Michael Hammawa, obispo de Jalingo, condenó el
asesinato del padre David Tanko con estas palabras: “Tan pronto como
supimos de la noticia de su muerte, nos quedamos petrificados. La
diócesis está de luto”. El obispo añadió: “Hemos predicado la paz y
hemos hecho esfuerzos para llevar a ambas partes a la mesa de
negociaciones. La policía estatal me prometió que están investigando el
caso. Mientras recemos para que los asesinos sean llevados ante la
justicia lo antes posible. Nuestra principal preocupación ahora es darle
un entierro digno. Queremos que no haya represalias que empeoren la
situación”, aseguró el obispo Hammawa. El funeral del sacerdote será el 2
de septiembre y el entierro tendrá lugar el 3 de septiembre en el
cementerio diocesano de Jalingo.
En el estado de Taraba ha habido una serie de ataques armados, el más
reciente en el área de Wukari. Dos personas murieron mientras un oficial
de policía resultó herido en el ataque y, además, en la cercana Donga
Local Government Area (LGA), un estudiante del ECWA Seminary School fue
asesinado el 28 de agosto.
El conflicto entre el Tiv y los Jukun se remonta a 1953 (otras fuentes
señalan 1959 o 1977). Según algunos estudios históricos, las dos
poblaciones vivieron en armonía hasta la colonización británica, cuando
las autoridades coloniales favorecieron a los Jukun en detrimento de los
Tiv, plantando la semilla de la discordia que brotó y fructificó hasta
nuestros días.
El conflicto resurgió violentamente el 1 de abril. La disputa se
desencadenó en la zona de Wukari y pronto derivó en una serie de
incursiones en los pueblos de las dos poblaciones, con asesinatos y
saqueos. La violencia también se extendió al vecino Estado de Benue. En
julio, los gobernadores de los dos Estados interesados, Benue y Taraba,
lanzaron un llamamiento por la paz, mientras que el Isaiah Jirapye,
presidente de la sección local de la Christian Association of Nigeria
(CAN), pidió a las dos partes que dialogen, y aseguró haber “hecho los
contactos necesarios para un diálogo inmediato para garantizar el fin de
las hostilidades”.