Bagdad, IRAK (Agencia Fides, 27/08/2019) - Llegaron a Irak hace unos días y ya comenzaron
su misión al servicio de varias diócesis y comunidades de la Iglesia
caldea. Son sacerdotes y religiosas indios de la Iglesia siro-malabar
enviados para servir a los cristianos iraquíes. Dos sacerdotes
carmelitas, el padre George y el padre Paul, trabajarán en las
parroquias caldeas de Bagdad, mientras que seis religiosas apoyarán las
actividades pastorales de las comunidades caldeas de Kirkuk y
Sulaimaniyah. Tres hermanas más trabajarán en las comunidades cristianas
de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí.
El envío de sacerdotes y religiosas siro-malabares a Irak reviste
especial importancia e interés si se tienen en cuenta los lazos que unen
a la Iglesia caldea y a la Iglesia siro-malabar, y si se considera la
dinámica con la que se ha extendido el anuncio cristiano en Asia desde
los tiempos apostólicos.
Ya en el cuarto siglo de la era cristiana, las comunidades cristianas
que florecieron en Malabar estaban vinculadas a la antigua Iglesia de
Oriente; y de Mesopotamia venían periódicamente los obispos encargados
de dirigir a los bautizados malabares que habían adoptado el rito
siríaco oriental.
Después del comienzo de la modernidad y de la llegada de los misioneros
portugueses, con los consiguientes problemas vinculados a los intentos
de "latinización" de las comunidades cristianas de rito oriental
presentes en la India, el patriarca caldeo Youssef VI Audo (1848-1878)
intentó restablecer la antigua costumbre de enviar obispos de
Mesopotamia a las comunidades siro-malabares.
Las vicisitudes históricas también han contribuido a debilitar las
vocaciones sacerdotales y religiosas en la Iglesia caldea que en los
últimos 15 años ha sufrido una drástica reducción del tamaño de sus
comunidades eclesiales debido a los flujos migratorios que han llevado a
cientos de miles de cristianos iraquíes a trasladarse a Occidente o a
otros países de Oriente Medio. En cambio, en la Iglesia católica
siro-malabar las vocaciones sacerdotales y religiosas siguen
prosperando. El año pasado -así lo destacan los medios de comunicación
vinculados al patriarcado caldeo- una delegación de la Iglesia caldea
fue a Kerala y pidió a los obispos siro-malabares que enviaran
sacerdotes, religiosos y religiosas a Irak para apoyar las actividades
pastorales ordinarias de las diócesis caldeas.
De las comunidades de los llamados "cristianos de Santo Tomás" que
florecieron en la India gracias a la predicación de los portadores del
Evangelio que llegaron de Mesopotamia, hoy las nuevas energías
apostólicas acuden a sostener la vida de fe de las comunidades
cristianas iraquíes, en las mismas tierras atravesadas por el Tigris y
el Éufrates de las que procedían los misioneros de la antigua Iglesia
oriental que trajeron el nombre de Cristo a la India y a China.
Así, en la historia de los cristianos malabares que ofrecen sus energías
en las tierras de Mesopotamia, se manifiesta una vez más la fuente de
gratuidad que por sí sola puede alimentar toda aventura misionera.