Teherán, IRÁN (Agencia Fides, 20/03/2020) – “Dado que toda la humanidad sufre por el
coronavirus, invitamos a hacer todo lo posible para revocar las
sanciones humanitarias contra Irán para que el pueblo iraní pueda
disfrutar de la asistencia médica que necesita. No queremos minimizar
las profundas diferencias entre los Estados Unidos y la República
Islámica de Irán. Pero la norma de comportamiento hacia los enemigos
establecida por Jesús no es la de su destrucción sino la de la
reconciliación (Mateo 5, 21-26). La muerte de muchos ciudadanos iraníes
(ancianos, mujeres, niños, civiles) ciertamente no contribuye a promover
la paz. Es urgente iniciar las acciones más justas y rezar": así lo
afirma el sacerdote católico estadounidense p. Elias D. Mallon, fraile
franciscano de la Expiación, especializado en el diálogo con el Islam,
nativo y residente en Nueva York. En el mensaje publicado a través de
Fides, el padre Mallon informa que el ayatolá Seyed Mostafa Mohaghegh
Damad, un hombre comprometido desde hace décadas en tratar de colmar la
distancia entre Irán y otros países del mundo, ha escrito una sincera
carta al Papa Francisco, pidiéndole que intervenga para garantizar que
se puedan levantar las sanciones contra Irán, en particular las
relativas a la atención médica.
Durante el Sínodo extraordinario en el Medio Oriente en octubre de 2010,
el Papa Benedicto XVI invitó a dos líderes musulmanes, uno sunita y
otro chií, a participar: el ayatolá Damad fue aquel líder chií.
En el texto de la Carta, recibida por Fides, el ayatolá Damad, quien
actualmente es Jefe del Departamento de Estudios Islámicos de la
Academia de Ciencias de Irán, dice: "En estos días en que los hombres de
todo el mundo están seriamente amenazados por la espantosa propagación
de COVID-19, estoy profundamente convencido de que el Santo Padre, con
sincero amor y compasión, sigue rezando para que esta tragedia
internacional cese y el sufrimiento humano encuentre alivio". "En Irán -
continúa el texto - con la rápida propagación de COVID-19, el pueblo
iraní - niños, ancianos, hombres y mujeres de pueblos y aldeas - luchan
dolorosamente contra la pérdida de seres queridos causada muy a menudo
por la grave falta de recursos médicos como consecuencia de las
sanciones impuestas por los Estados Unidos.
Dichas sanciones, han multiplicado enormemente los sufrimientos y las
aflicciones de la población musulmana iraní oprimida, y la han obligado a
enfrentarse a innumerables problemas que han tenido un impacto profundo
y negativo en sus vidas, en la paz y tranquilidad espiritual y que,
además, la han privado de los derechos humanos más básicos e
inalienables".
Así, la carta dirigida al Papa continúa: "Sin juzgar las causas
profundas de estas sanciones inhumanas impuestas por los Estados Unidos,
como estudioso islámico iraní, humildemente le pido, como amado líder
mundial de los católicos, que intervenga para que esas sanciones sean
eliminadas". Esto, concluye el líder chiíta, es una "acción humanitaria"
propia de aquellos que creen en Jesús que "para todo el mundo es un
símbolo universal de paz y amor".