Nairobi, KENIA (Agencia Fides, 19/05/2016) - “Cerrar el campo de refugiados de Dadaab, sin
duda, tendrá consecuencias no sólo para los cientos de miles de
refugiados, sino para toda la región”, afirman los Obispos de Kenia en
un comunicado enviado a la Agencia Fides, en el que expresan su profunda
oposición el anuncio del gobierno de Nairobi de cerrar el mayor campo
de refugiados del mundo.
Tras señalar que “desde hace años Kenia ha estado a la vanguardia en el
noble esfuerzo humanitario de acoger a los refugiados de los países
vecinos y lejanos”, los Obispos recuerdan los principios de la
Constitución de Kenya (Art. 27, que establece que el Estado no puede
realizar ningún tipo de discriminación) y las obligaciones
internacionales derivadas de la Convención ONU sobre los refugiados de
1951 y la de la Organización de la Unidad Africana (que en el ínterin se
ha convertido en Unión Africana) de 1968, que “obliga al gobierno a
proteger a los refugiados durante su permanecer en Kenia, prohíbe toda
forma de retorno forzado, y mantiene el carácter civil y humanitario de
los campamentos de acogida”.
“En consonancia con las obligaciones nacionales e internacionales, así
como con las enseñanzas católicas, solicitamos al gobierno que demuestre
un compromiso sincero con las necesidades de todos, sin distinción,
especialmente de los refugiados” subrayan los Obispos.
Si el gobierno de Kenia ha justificado la decisión de cerrar los
campamentos por razones de seguridad nacional, los obispos reconocen
“las preocupaciones genuinas del gobierno y aprecian la determinación de
reforzar la seguridad, pero esto debe hacerse para el cuidado y
protección de todos aquellos que viven dentro de las fronteras de
Kenia”. Los Obispos recuerdan otro artículo de la Constitución, el 228,
que dice: “hay que perseguir la seguridad nacional, de conformidad con
la ley y con pleno respeto de las normas legislativas, democráticas, de
los derechos humanos y de las libertades fundamentales”.
Después de haber reafirmado su compromiso de cooperar con las
autoridades para encontrar “soluciones sostenibles a largo plazo para
los refugiados”, los Obispos concluyen pidiendo al gobierno que
reconsidere su decisión y siga el camino del diálogo para “garantizar
una repatriación pacífica y voluntaria de los refugiados” que así lo
deseen. Mientras tanto se recomienda la re-activación del Departamento
de Asuntos de Refugiados.