Bratislava, ESLOVAQUIA (Agencia Fides, 18/05/2016) – Al menos veinte de los 149 refugiados
iraquíes que llegaron hace unos pocos meses a Eslovaquia a través de un
programa de acogida “selectiva” reservado para los refugiados
cristianos, han decidido regresar a Iraq, justificando su elección con
la nostalgia de su tierra y las dificultades de adaptación al contexto
cultural del país que les había dado la bienvenida. Los refugiados que
han regresado a Iraq – según fuentes locales - formaban parte del grupo
de cristianos iraquíes de los pueblos de la Llanura de Nínive, que
habían sido forzados a abandonar sus hogares en agosto de 2014, ante el
avance de las milicias yihadistas del Estado islámico (Daesh).
El grupo había llegado a Eslovaquia el 10 de diciembre, gracias a la
movilización de la asociación Pokoj a Dobro (serenidad y generosidad), y
es el único grupo de refugiados acogidos en el territorio de Eslovaquia
con el consentimiento del gobierno local. En abril, un programa de
acogida “selectiva” similar reservado para los refugiados iraquíes
cristianos fue suspendido en la República Checa, como reacción al
intento de 25 refugiados cristianos que, después de su llegada al
territorio Checo, trataron de moverse sin permiso a Alemania.
Ese programa de acogida, dirigido específicamente a refugiados
cristianos, también representa una prueba implícitamente sintonizada con
las corrientes de pensamiento - especialmente presentes en algunos
países de Europa del Este - que consideran a los refugiados cristianos
como más “adecuados” para ser recibidos en Europa, en comparación con
sus connacionales musulmanes. Pero incluso en ese caso, muchos
cristianos iraquíes, poco después de su llegada a la República Checa,
habían solicitado y obtenido regresar a Iraq, afirmando sentir nostalgia
de su tierra natal y de sentirse incómodos en un contexto cultural
percibida como extraño.
El gobierno checo se encuentra entre los que se oponen a la propuesta de
traslado de los refugiados entre los países europeos, de acuerdo con el
sistema de cuotas. Las encuestas muestran que más del 60 por ciento de
los checos se oponen a alojar a los refugiados que huyen de las zonas de
guerra.