miércoles, 18 de mayo de 2016

Saluda el Papa a los niños ucranianos, huerfános y prófugos a causa del conflicto armado en su país y celebra el aniversario del nacimiento de San Juan Pablo II

CIUDAD DEL VATICANO, 18 de mayo de 2016 (VIS).-  Después de la catequesis el Papa FRANCISCO saludó “con afecto especial a los niños ucranianos, huérfanos y prófugos a causa del conflicto armado que continúa todavía en el este de ese país. Por intercesión de María Santísima -dijo- renuevo mi oración para que se llegue a una paz duradera, que alivie a la población sometida a pruebas tan duras y ofrezca un futuro sereno a las nuevas generaciones”.

“Hoy, día del nacimiento de San Juan Pablo II -añadió- saludo cordialmente a todos los polacos aquí presentes. Me uno espiritualmente al presidente de la República de Polonia, con los combatientes y los participantes en la santa misa en el cementerio polaco de Montecassino en recuerdo de los caídos, además de a los que se han reunido en Torún para la consagración del santuario de la Bienaventurada Virgen María Estrella de la Nueva Evangelización y de San Juan Pablo II. ¡Que estos acontecimientos tan importantes sean para vosotros una invitación a rezar por la paz, por la Iglesia en Polonia y por la prosperidad de vuestra patria!”.

En italiano el Papa dio la bienvenida a los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa rusa, huéspedes del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, a los niños del departamento de oncología del hospital del Bambino Gesú y a los devotos de San Francisco de Paúl, fundador de la Orden de los Mínimos y patrono de la región italiana de Calabria, de quien este año se celebra el sexto aniversario del nacimiento.

También saludó a los peregrinos de lengua francesa del seminario de Estrasburgo, a la delegación del santuario de Notre-Dame de La Salette y a la del Gran San Bernardo de Suiza. Entre los de habla portuguesa recordó a las Hermanas Franciscanas Hospitalarias de la Inmaculada Concepción y a los grupos parroquiales de Porto Nacional y de Póvoa de Varzim, deseándoles que la peregrinación a las tumbas de los santos apóstoles Pedro y Pablo reforzase en ellos “el sentir y el vivir en la Iglesia bajo la tierna mirada de la Virgen Madre”. Asimismo, saludó a los grupos parroquiales eslovacos, así como a los estudiantes y profesores de la Escuela Católica primaria de San Francisco de Asís en Vranov y entre los de habla alemana a los participantes en la peregrinación jubilar de la diócesis de Augsburg, a los monaguillos de la diócesis de Eichstatt, además de a los estudiantes y profesores de la Facultad Teológica de Paderborn.

Esta fue su catequesis en español:

"Queridos hermanos y hermanas:

La parábola del rico epulón y del pobre Lázaro presenta dos modos de vivir que se contraponen. El rico disfruta de una vida de lujo y derroche; en cambio, Lázaro está a su puerta en la más absoluta indigencia, y es una llamada constante a la conversión del opulento, que este no acoge.

La situación se invirtió para ambos después de la muerte. El rico fue condenado a los tormentos del infierno, no por sus riquezas, sino por no compadecerse del pobre. En su desgracia, pidió ayuda a Abrahán, con quien estaba Lázaro. Pero su petición no pudo ser acogida, porque la puerta que separaba al rico del pobre en esta vida se había transformado después de la muerte en un gran abismo.

Esta parábola nos enseña que la misericordia de Dios con nosotros está estrechamente unida a nuestra misericordia con el prójimo; cuando falta nuestra misericordia con los demás, la de Dios no puede entrar en nuestro corazón cerrado. Dios quiere que lo amemos a través de aquellos que encontramos en nuestro camino. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los invito a no perder la oportunidad, que se presenta constantemente, de abrir la puerta del corazón al pobre y necesitado, y a reconocer en ellos el rostro misericordioso de Dios. Muchas gracias".