CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 22 de septiembre de 2016).- Esta mañana en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre FRANCISCO ha recibido en Audiencia al Consejo Nacional del Colegio de Periodistas. Después del
saludo del Prefecto de la Secretaría para la Comunicación, Mons. Dario
E. Viganò y del Presidente del Colegio, Enzo Iacopino, el Papa ha
pronunciado un discurso en que ha recordado la importancia y la
influencia sobre la sociedad de la profesión de periodista invitándoles a
reflexionar sobre tres puntos clave del periodismo: amar la verdad,
vivir con profesionalidad, respetar la dignidad humana.
“El periodista tiene un papel de gran importancia y al mismo tiempo
una gran responsabilidad. De alguna manera escribe el "primer borrador
de la historia" –dijo el Papa- Los tiempos cambian, y también cambia la
forma de ser periodista. Tanto los medios de comunicación impresos como
la televisión pierden relevancia con respecto a los nuevos medios del
mundo digital - especialmente entre los jóvenes - pero los periodistas…
siguen siendo una piedra angular, un elemento fundamental para la
vitalidad de una sociedad libre y plural. También la Santa Sede, frente
al cambio del mundo de los medios de comunicación, ha vivido y vive un
proceso de renovación del sistema de comunicación, que incluso será
beneficioso para vosotros y la Secretaría para la Comunicación será el
punto de referencia natural para vuestro valioso trabajo”.
“Hoy quiero compartir con vosotros –continuó- una reflexión sobre
algunos aspectos de la profesión, y de cómo pueda servir para mejorar la
sociedad en que vivimos.. Me centraré en tres elementos: amor la verdad,
algo esencial para todos, pero especialmente para los periodistas;
vivir con profesionalismo, algo que va más allá de las leyes y
reglamentos; y respetar la dignidad humana, que es mucho más difícil de
lo que parece a primera vista”.
“Amar la verdad significa no solamente afirmarla, sino vivirla ,
atestiguándola con el trabajo… La cuestión –subrayó- no es ser o no ser
creyente. La cuestión es ser o no ser honesto consigo mismo y con los
demás... En la vida no todo es blanco o negro. También en el periodismo,
debemos ser capaces de discernir entre los matices de gris de los
acontecimientos que estamos llamados a contar. Los debates políticos, e
incluso muchos conflictos, rara vez son el resultado de una dinámica
clara, donde se reconoce sin ambigüedades quien está equivocado y quién
tiene razón. La confrontación y a veces el enfrentamiento nacen, en
fondo, de esta dificultad de síntesis entre las diferentes posiciones.
Este es el trabajo…difícil y necesario al mismo tiempo de un
periodista: llegar lo más cerca posible a la verdad de los hechos y no
decir o escribir algo que, en conciencia, sabes que no es cierto”.
Vivir con profesionalismo quiere decir ante todo… "comprender,
interiorizar el sentido profundo del trabajo propio. De ahí se deriva la
necesidad de no someter la profesión a la lógica de los intereses
partidistas, ya sean económicos o políticos. La tarea del periodismo… es
por lo tanto favorecer el crecimiento de la dimensión social del ser
humano, favorecer la construcción de una verdadera ciudadanía…
preocuparse por uno de los arquitrabes de la estructura de una sociedad
democrática. Siempre debe hacernos pensar que, a lo largo de la
historia, las dictaduras - de cualquier orientación y "color" – observó
el Pontífice – siempre han intentado no sólo apropiarse de los medios de
comunicación, sino también imponer nuevas reglas a la profesión
periodística”.
"Por último, si respetar la dignidad humana es importante en
cualquier profesión, lo es en particular en el periodismo, porque
detrás de la simple historia de un caso hay sentimientos, emociones, y
en última instancia, la vida de las personas. Muchas veces he hablado de
los chismes,como "terrorismo", de cómo se puede matar a una persona con
la lengua. Si esto se aplica a los individuos, en la familia o en el
trabajo, tanto más cierto es para los periodistas, porque su voz puede
llegar a todo el mundo, y esta es un arma muy poderosa. El periodismo
siempre debe respetar la dignidad de la persona… Por supuesto, la
crítica es legítima y diré todavía más, necesaria, así como la denuncia
del mal, pero ambas deben hacerse siempre respetando al otro, su vida,
sus afectos. El periodismo no puede convertirse en un ''arma de
destrucción"de las personas e incluso de los pueblos. Ni tiene que
alimentar el temor frente a cambios o fenómenos como la migración
forzada por la guerra o el hambre”.
“Espero que cada vez más y en todas partes el periodismo sea una
herramienta de construcción, un factor de bien común, un acelerador de
procesos de reconciliación, que sepa rechazar la tentación de fomentar
el enfrentamiento con un lenguaje que avive las llamas de la división, y
favorezca, en cambio, la cultura del encuentro. Vosotros los
periodistas – finalizó el Pontífice – podéis recordar cada día a todo
el mundo que no hay conflicto que no pueda ser resuelto por las mujeres y
los hombres de buena voluntad”.