Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 27/09/2016) - La República Democrática del Congo, cuyo
Presidente Joseph Kabila, fue recibido en audiencia por el Papa
Francisco ayer 26 de septiembre, sigue al borde del precipicio, tras los
incidentes entre la policía y los manifestantes ocurridos en los
últimos días.
En el curso del coloquio entre el Santo Padre y el Jefe del Estado
congoleño se ha prestado una atención especial a los graves retos
planteados por la situación política actual así como a los recientes
enfrentamientos en la capital” afirma la Sala de Prensa Vaticana.
“Además se ha reiterado la importancia de la colaboración entre los
actores políticos y los representantes de la sociedad civil y las
comunidades religiosas, en favor del bien común, mediante un diálogo
respetuoso e inclusivo para la estabilidad y la paz en el país”.
La comunidad internacional cada vez está más preocupada por la situación
en la RDC. “El gran número de víctimas civiles, la quema de la sede de
varios partidos políticos y la situación cada vez más tensa son una
clara advertencia de que podría estallar una gran crisis muy pronto”,
advierte el Alto Comisario de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid
Ra'ad Al Hussein.
Mientras que en la capital, Kinshasa, se conmemora a las víctimas de los
enfrentamientos (32 según la policía, entre 50 y 100 según la
oposición), la situación de las negociaciones permanece bloqueada. El
diálogo nacional, del que debería salir la fecha de las elecciones
presidenciales, se ha suspendido.
Por otro lado, la situación en las provincias amenaza con deteriorarse.
No sólo en las del este, como Kivu del Norte, que desde hace décadas
está a merced de varias bandas armadas y de movimientos guerrilleros no
todos congoleños, sino que también podría empeorar en Kasai-Central, en
cuya capital, Kananga, se ha producido una batalla por el control del
aeropuerto. El gobernador local ha declarado que
los muertos en los enfrentamientos entre soldados y milicianos del
difunto jefe tradicional Kamwena Nsapu, son 49, de los cuales 27
milicianos, 16 militares y policías y 6 civiles.