Qaraqosh, IRAQ (Agencia Fides, 17/02/2017) – Milicias armadas “espontáneas” y grupos
paramilitares involucrados en la lucha contra los yihadistas del
auto-proclamado Estado Islámico (Daesh) son los responsables de saqueos,
destrucción y quema de barrios enteros en al menos cuatro barrios de
las zonas adyacentes a Mosul, actos cometidos después de que las
ciudades fueron abandonadas por la milicia del Califato. Este es el
escenario que se desprende de un informe detallado recogido por Human
Rights Watch (HRW). Cruzando las historias de muchos testigos oculares, y
también haciendo uso de fotos de satélite de las zonas afectadas, la
organización internacional comprometida con la defensa de los derechos
humanos ha podido comprobar que el saqueo y la devastación de barrios
enteros de la ciudad rescatados del control del Daesh han sido
realizados por grupos armados y milicias de “auto-protección popular”
que ahora reclaman su papel en la campaña de "liberación" de la
ocupación yihadista.
Los saqueos y la devastación al parecer se han producido entre noviembre
de 2016 y febrero de 2017, sin justificación aparente desde un punto de
vista militar. Entre los grupos identificados como responsables del
ello, según Human Rights Watch también se incluyen las fuerzas de
movilización popular conocidas como Hashd al-Sha'abi, unidad que
acredita su contacto directos con el primer ministro iraquí Haydar
al-Abadi.
Al sur-oeste de Mosul, Human Rights Watch ha documentado el saqueo y la
demolición de edificios en tres pueblos a través del uso de explosivos y
excavadoras. En el pueblo de Ashwa se ha destruido sin ninguna razón,
la mezquita más grande. A las acusaciones de Human Rights Watch, los
representantes de Hashd al-Sha'abi han respondido hablando de trampas
explosivas que los yihadistas habrían dejado para desencadenar la
destrucción de casas y edificios públicos después de su retirada. Sin
embargo, varios relatos de testigos recogidos por Human Rights Watch
parecen contradecir esa versión.