Astana, KAZAKHSTÁN (Agencia Fides, 19/10/2017) - “Durante un cuarto de siglo Kazakstán y el
Vaticano han creado las condiciones favorables para mejorar
progresivamente el diálogo bilateral, a nivel político, humanitario y
científico. La interacción entre los dos estados fortalece la paz y la
estabilidad, así como el diálogo interreligioso, un tema que ocupa un
lugar especial en la agenda de la cooperación bilateral”: así se lee en
una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Astana recibida en
la Agencia Fides con motivo del 25° aniversario de las relaciones
diplomáticas entre Kazakstán y la Santa Sede, que se cumplen este 2017.
Era el 17 de octubre de 1992, cuando el Papa Juan Pablo II emitió el
escrito “Partes Nostras”, un documento que estableció la nunciatura
apostólica del estado kazajo. La fecha marcó el comienzo de un camino de
conocimiento mutuo y de colaboración: dan testimonio de ello, las tres
visitas oficiales del presidente Nursultan Nazarbayev al Vaticano (que
tuvieron lugar en 1998, 2003 y 2009), pero sobre todo la visita pastoral
de Juan Pablo II en tierra kazaja en septiembre de 2001. En esa
ocasión, el Papa Wojtyla, en el encuentro en la Universidad Eurasia de
Astana. describió el Kazakstán como una “tierra de encuentro, de
intercambio, de novedad; tierra que estimula el interés hacia nuevos
descubrimientos y nos invita a vivir la diferencia no como una amenaza
sino como un enriquecimiento”.
Según los datos proporcionados por el Ministerio de Relaciones
Exteriores de Kazakstán, en este estado viven más de 130,000 católicos.
“Es un dato que, en realidad, debería ser revisado”, señala a la Agencia
Fides p. Guido Trezzani, misionero en la diócesis de Almaty desde hace
22 años. “Todavía estamos bajo el legado de la emigración: antes las
comunidades católicas estaban compuestas por varios grupos étnicos,
formados principalmente por ex-deportados del régimen soviético”,
explica. “Después de la independencia de 1990 – continúa -, muchos de
ellos regresaron a sus respectivos países de origen. El fenómeno
continúa, debido a la situación económica: en las aldeas no hay mucho
trabajo, por lo que los que pueden se van al extranjero. En muchas
áreas, todavía hay un culto centrado en la liturgia y las devociones. El
desafío para el futuro es continuar el trabajo de evangelización,
creando un camino más consciente y menos vinculado a la
tradición”.
En la nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Kazakstán, se
elogia la presencia del Vaticano durante la Exposición Internacional de
Astana, que ha terminado este mes de septiembre de 2017. El P. Trezzani
-que ha vivido la Expo de cerca como comisario adjunto del pabellón de
la Santa Sede- nos ha querido realizar un resumen de la iniciativa: “Ha
sido una experiencia positiva: muchos se han quedado sorprendidos por la
presencia del Estado del Vaticano en una manifestación que tenía como
tema central la energía. Muchas personas sonreían frente a nuestro pabellón, porque encontraban
incluso ridículo que la Iglesia presentase la teoría del Big Bang pero
luego quedaban sorprendidos al descubrir que el fundador de esa teoría
era el sacerdote católico Georges Edouard Lemaitre”. Precisamente este
contraste, - dice para concluir el p. Guido -, ha sido el inicio de un
cambio de mentalidad: “Han sido muchos los han comentado que habían
entrado en el pabellón llenos de prejuicios sobre la Iglesia pero que al
salir tenían un concepto nuevo sobre la relación entre ciencia y fe”.