Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 09/03/2018) - “Pido al gobierno que deje a un lado la política
y traiga a casa a las niñas. Dejad de un lado las disputas políticas y
proteged las vidas. No es necesario politizar la vida en nombre Dios”,
es el grito de monseñor Hilario Nanman Dachelem, obispo de Bauchi, la
capital de Yobe en el norte de Nigeria, donde el 19 febrero 110
estudiantes, de entre 11 y 19 años, fueron secuestradas por Boko Haram.
Monseñor Dachelem hizo un llamamiento urgente al gobierno porque las
niñas sean liberadas. “No necesito saber quiénes sois, cuál es vuestra
afiliación política o a qué religión pertenecéis, pero lo que sé es que
la vida es sagrada y debe ser protegida y respetada por todos”.
El secuestro de las estudiantes de Dapchi se produjo cuatro años después
del de las 276 niñas Chibok, en el estado de Borno. A día de hoy 195 de
ellas siguen secuestradas a pesar de las reiteradas promesas del
gobierno para asegurar su liberación. El 4 de marzo, Gloria Shoda,
presidente del Consejo Nacional de Organizaciones de Mujeres, pidió al
gobierno federal que hiciera todo lo que estuviera en su mano para
salvar a las colegialas secuestradas en Dapchi, con el fin de evitar lo
que sucedió en Chibok en 2014, señalando que las estos secuestros son
una vergüenza nacional.
“Estamos tristes como madres por ver que otro grupo de nuestras niñas ha
sido secuestrado por esta secta. Es lamentable que vuelva a suceder
después de la experiencia de Chibok”, dijo Shoda. Ayer, 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer, los padres de algunas de las niñas
secuestradas en Dapchi se manifestaron en las calles de la capital,
Abuja, para recordar al gobierno y al mundo que sus hijas siguen
desaparecidas. Vestidos de negro, y después de un viaje de 833
kilómetros para llegar a la capital, los padres se concentraron frente a
la entrada principal del parlamento nigeriano. “Pido al gobierno que
nos dé alguna esperanza de volver a ver a mi hija”, solicitó una madre
entre lágrimas. “Envié a mi hija a la escuela porque quería que
progresara en la vida. Como madre, ¿cómo puedo seguir sin saber qué le
pasó a mi hija?”, exclamó otra. En Dapchi las autoridades locales han
pedido a 300 religiosos que recen todos los días por la liberación de
las
estudiantes.