Cuzco, PERÚ (Agencia Fides, 08/03/2018) - “La Iniciación Cristiana exige que los jóvenes
sean educadores en la fe, pues estamos viviendo un tiempo de crisis en
las instituciones educadoras como las parroquias, las familias o los
colegios, por eso nosotros convocamos a los jóvenes para que puedan
asumir esta responsabilidad, este servicio, esta misión de educar en la
fe”. Lo dice a la Agencia Fides Mons. Fredi Aparicio Quispe, Vicario
General de la Archidiócesis del Cusco, responsable de la Comisión de
Iniciación Cristiana que ha organizado, dentro del marco del “Año
Misionero de la Cultura Vocacional”, la “Primera Semana de Formación de
catequistas”, en la Decanatura de San Antonio Abad, en la Archidiócesis
del Cusco, Perú.
El encuentro que cuenta con una masiva participación de jóvenes agentes
pastorales de diversas parroquias de la Archidiócesis, tiene como
objetivo ofrecer a todos los catequistas un espacio de formación y
reflexión sobre la iniciación cristiana. En esta Semana de Formación que
comenzó el lunes 5 y terminará el viernes 9 de marzo, bajo el tema: “El
Proceso de Iniciación en el marco del Plan Pastoral”, se tratará de
“ayudar a los jóvenes catequistas en su proceso de aprendizaje y
formación, - explica a Fides el Vicario -, para que cuenten con todos
los elementos doctrinales, metodológicos y bíblicos para realizar
adecuadamente su catequesis durante el año”. Porque aunque los jóvenes
se preparan también individualmente en sus respectivas parroquias,
“hemos constatado la ausencia de un proceso formativo, por lo que
queremos implementar poco a poco un itinerario de formación para los
catequistas”.
Mons Fredi Aparicio continúa: “lo nuevo, es la metodología y el
acompañamiento, pues en catequesis el centro siempre es Jesús, pero lo
que cambia es la forma. Por ejemplo la catequesis tradicional enfatiza
mucho el tema de memorizar contenidos doctrinales bajo un sistema de
pregunta y respuesta, en cambio la Iniciación Cristiana busca que los
jóvenes y niños vivan experiencias de encuentro con Jesús y a partir de
eso, ellos se conviertan en sus seguidores”. “Los frutos son abundantes y
maravillosos – dice para concluir el Vicario - los jóvenes que han
participado anteriormente han regresado con mucho más ánimo, las
herramientas que se les facilitaron como metodología y contenidos
doctrinales les sirvieron para que puedan trabajar con sus niños y
adolescentes, y ellos a la vez crecen como seguidores de Jesús y como
personas”.