Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 10/08/2018)- El padre Luciano Ariel Felloni, misionero
argentino que vive desde hace 20 años en Filipinas, comenzó en su
parroquia de la diócesis de Novaliches, cerca de Manila, un proyecto de
rehabilitación de personas drogodependientes para ayudarles a retomar
una vida digna. Este es el enfoque de la iglesia en Filipinas como
respuesta a la campaña antidroga lanzada por el presidente de la nación
Rodrigo Duterte, quien, desde su elección en junio de 2016, ha
movilizado las fuerzas del orden para resolver de forma violenta el
problema las drogas en el país.
La estrategia de Duterte, basada en el miedo y en la acción de los
cuerpos de seguridad, está siendo muy criticada: desde el inicio de su
mandato, un promedio de 33 personas han sido asesinadas diariamente por
la policía. Entre las víctimas se cuentan cerca de 4.500 presuntos
drogodependientes, sin contar unas 23.500 ejecuciones extrajudiciales
cometidas por escuadrones de "vigilantes". La gran mayoría de las
víctimas son personas pobres que no pueden acceder a los programas
privados de rehabilitación.
A raíz de esta situación, muchos sacerdotes y religiosos en todo el país
han creado programas de rehabilitación y de recuperación para
dependientes. Algunas comunidades están tratando de superar los fracasos
y vacíos gubernamentales. En el caso del padre Felloni, en septiembre
de 2016, al notar que el número de asesinados en su comunidad se
incrementaba, comenzó a trabajar con líderes comunitarios para dar
inicio a un programa ambulatorio de recuperación en su parroquia.
"Nos preguntamos qué podíamos hacer en nuestro pequeño ámbito para
luchar contra las drogas, pero actuando de forma justa, en defensa de la
dignidad de cada persona y para beneficiar realmente a la comunidad",
le relató el padre Felloni a Fides. Al inicio el proyecto encontró
hostilidad por parte de la policía e incluso escepticismo de parte de
los usuarios. Mas, en un año, la inscripción de las personas atendidas
se ha elevado hasta 40, y después de que el grupo de padre Felloni
completara con éxito el primer ciclo semestral del programa de
recuperación y desintoxicación, la confianza en el proyecto ha crecido.
El compromiso del padre Felloni es reintegrar a los ex drogadictos en la
sociedad y ayudarlos a "vivir una buena vida." Sin embargo, él no es el
único: en todo el territorio, son muchas las contribuciones y las
intervenciones de parroquias, entes y organizaciones eclesiásticas que
ayudan a los adictos a salir del túnel de las drogas.
La Iglesia católica en Filipinas ha instado al Gobierno a cambiar su
actuación en la "guerra contra las drogas". En vez de matar los obispos
reiteran que el camino justo es la rehabilitación, la recuperación y la
reintegración social de las personas que caen en la trampa de adicción.