Abiyán, COSTA DE MÁRFIL (Agencia Fides, 20/08/2018) – "Ir a Europa, vivir en Europa, abandonar África
se ha convertido en una ideología muy peligrosa que destruye el
espíritu, desde los más frágiles hasta los más fuertes, como los
religiosos", le dijo a Fides el padre Donald Zagore, sacerdote de la
Sociedad Misiones Africanas.
"Es triste, pero es importante reconocer que el fenómeno de la
inmigración en Europa toca no sólo a nuestras sociedades civiles en
África, sino también a muchas de nuestras diócesis y comunidades
religiosas. Hay muchos sacerdotes y religiosos que dejan el continente
africano para servir a los países europeos y americanos. La migración de
África a Europa, en su forma religiosa, es un fenómeno cada vez más
importante en nuestro continente", continúa el misionero.
"A comienzos del 2017, mons. Marcelin Yao Kouadio, obispo de la diócesis
de Daloa, durante uno de sus sermones citó los casos de dos diócesis
africanas particularmente afectadas. En mayo de 2018, también mons.
Ignace Bessi Dogbo, Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa de
Marfil, durante la inauguración de la asamblea plenaria de los obispos
de Costa de Marfil, denunció el fenómeno de los ‘sacerdotes errantes’:
Sacerdotes que se niegan a volver a África después de los estudios o
después de una misión en Europa. En una entrevista concedida a Lacroix,
el pasado 7 de agosto, mons. Dominique Lebrun, arzobispo de Ruán, ex
Presidente del grupo de trabajo sobre ‘Pretres venus d'Ailleurs’ también
reconoció este fenómeno".
"Los razones recurrentes siguen siendo la búsqueda de bienes materiales y
de prestigio", afirma el padre Donald. "Muchos de ellos huyen de África
debido a su situación de pobreza e inseguridad en comparación de los
países ricos. Además, muchos africanos piensan que son superiores al
resto; particularmente en los círculos eclesiásticos, porque viven,
trabajan o estudian en Europa. A veces una nominación o estudios
posteriores en Europa son formas de rescate. Es dramático pensar que la
esencia de África llegue a su realización cuando goza del prestigio
europeo", reflexiona el misionero.
"Esto representa un peligro enorme para la Iglesia católica en África,
que poco a poco se vacía debido a la falta de sacerdotes y a la
proliferación de vocaciones no sinceras. Hoy tenemos que pensar que no
es necesario ser sacerdote para servir a los pobres en Cristo. Aquello
que es valioso es la carrera desenfrenada es pos de bienes materiales y
de la gloria, que causan conflicto y división en nuestras iglesias en
África", enfatiza el padre Donald.
"En nuestras diócesis, en nuestras comunidades, se requieren acciones
concretas para frenar la emigración de personal eclesiástico. En primer
lugar, necesitamos una conciencia colectiva del peligro que esto supone.
En segundo lugar, las autoridades de la Iglesia necesitan considerar
cuidadosamente las motivaciones que conducen a elegir la vida sacerdotal
o religiosa y considerar también los nombramientos. En definitiva, hay
que decirlo fuerte y claro, citando al obispo Marcelin Kouadio: "El
sacerdocio y la vida religiosa no deben ser un trampolín para el escape
de África porque es pobre", dice el padre Zagore.