Mosul, IRAK (Agencia Fides, 03/08/2018) – Después de distintas deliberaciones, el 31 de
julio el Consejo de la Provincia del Nínive anunció la suspensión del
traslado de 450 familias árabes sunitas a la Llanura de Nínive,
autorizada previamente por el gobierno federal que solicitó que estas
familias fueran trasladadas al sur y este de Mosul. La decisión fue
tomada con la intención de prevenir o, al menos de retrasar, un cambio
en el equilibrio demográfico de la Llanura de Nínive, zona donde
tradicionalmente estaban establecidas las comunidades cristianas
iraquíes y de otras minorías religiosas como los yazidíes. La suspensión
del traslado fue reivindicada como un éxito del Consejo provincial y
del político local Ghazwan Hamid Hamid y se ha visto como un signo de
una nueva sensibilidad para presionar al gobierno de Bagdad y así evitar
que haya quien se aproveche de la caótica situación, resultante del
conflicto con el Estado Islámico, para así alterar el equilibrio
demográfico de la región en perjuicio de las comunidades religiosas
minoritarias.
En las últimas décadas, el componente sunita en las regiones
norte-iraquí había aumentado tras las políticas de desplazamiento y
re-población del régimen baasista desde los años setenta. La actual
Constitución iraquí ha prohibido todas las políticas implementadas de
manera directa para alterar la composición demográfica de las diferentes
áreas del país desde un punto de vista étnico y religioso.
Los políticos locales y nacionales de Llanura de Nínive han expresado su
intención de poner en práctica todas las iniciativas legales, -
incluyendo manifestaciones públicas -, para hacer que el gobierno en
Bagdad no desarrolle medidas y tome decisiones que terminarían
perjudicando a las comunidades religiosas minoritarias en las zonas
donde tradicionalmente han vivido.
La provincia de Nínive está experimentando un retorno lento y difícil de
muchas familias cristianas que habían huido de sus hogares y sus
pueblos, entre junio y agosto de 2014, ante el avance de los milicianos
del Daesh. Hace poco más de un año, tal y como recogió la Agencia Fides
(ver Fides 21/7/2017), el Patriarcado caldeo había denunciado “la
intención de sacar provecho de las ciudades de la Llanura de Nínive, a
través de maniobras” que “tendrían efectos negativos para los pueblos
originarios de esta tierra”. En aquel entonces también la Llanura de
Nínive aparecía como una “zona en discordia”, en torno a la que giraron
distintas especulaciones geopolíticas como la posible independencia del
Kurdistán iraquí.