Bagdad, IRAK (Agencia Fides, 30/08/2018) – En este último año unas 8.000 familias
cristianas han regresado a sus hogares en la Llanura del Nínive, de
donde huyeron en 2014 por la llegada de los yihadistas del
autodenominado Estado Islámico ( Daesh). Para la Iglesia caldea no cabe
de ninguna manera la posibilidad de establecer en la Llanura del Nínive
“una zona protegida para los cristianos”. Así lo asegura el patriarca
caldeo Louis Raphael Sako en una entrevista de hace unos días al diario
árabe Asharq Al-Awsat, con sede en Londres. “Somos parte de Irak, no
queremos la separación y la creación de guetos de inspiración sectaria
en este país”, destaca el Patriarca caldeo, creado cardenal por
Francisco el pasado 28 de junio.
En la entrevista, el primado de la Iglesia caldea insiste en que “a los
cristianos iraquíes no les conviene recluirse en milicias confesionales”
o confiarse a las “intimidaciones” de las fuerzas armadas extranjeras,
haciendo hincapié en que la condición de la comunidad cristiana iraquí
sigue siendo difícil porque además padece una continua emigración. Por
eso, el Patriarca sostiene que marcharse de Irak no es la solución
porque “Occidente no es un paraíso”.
La provincia de Nínive, salpicada de pequeñas ciudades y pueblos de
mayoría cristiana, fue tomada por los yihadistas del Daesh en 2014 lo
que provocó la huida de miles de cristianos iraquíes que se refugiaron
en la Región Autónoma del Kurdistán iraquí. En mayo de 2017, en una declaración conjunta dirigida a las autoridades
regionales y nacionales y a las organizaciones internacionales, dos
arzobispos de Mosul, - el sirio-católico y Boutros Moshe y el
sirio-ortodoxo Mar Nicodemus Daud Matti Sharaf -, junto a Mar Timoteo
Musa al Shamany, arzobispo sirio-ortodoxo de Bartellah, solicitaron
convertir la llanura de Nínive en una zona autónoma bajo la protección
internacional de las Naciones Unidas, con el fin de librarla de
conflictos y salvaguardar los derechos de las comunidades cristianas de
esas tierras donde están tradicionalmente enraizadas. La declaración
también reclamaba el derecho de autonomía administrativa para las
comunidades cristianas
en la llanura de Nínive, para las aldeas recientemente recuperadas del
control de las milicias yihadistas. El patriarcado caldeo, por su parte,
difundió un comunicado oficial en el que explica a los fieles que la
Iglesia caldea no participa de la declaración de los obispos sirios.
El antiguo sueño de crear una zona independiente para los cristianos en
la Llanura de Nínive, -todavía fuertemente defendido por comunidades en
la diáspora caldea y asiria-, fue promovido en la Convención Nacional de
Washington en septiembre de 2016 por la organización Usa In Defense of
Christians (IDC), en el encuentro dedicado al tema “Más allá del
genocidio. Preservar el cristianismo en Medio Oriente”.