Abiyán, COSTA DE MARFIL (Agencia Fides, 10/08/2018) - El 6 de agosto 2018, en la víspera del Día de
la Independencia, el presidente de la República de Costa de Marfil,
Alassane Ouattara, decidió indultar a unos 800 presos políticos, entre
ellos Simone Gbagbo, esposa del ex presidente de la República, detenida
por crímenes de guerra.
“Esta es una decisión política tomada en un contexto socio-político de
tensión en el que casi toda la sociedad civil y política insistía en que
la liberación de los presos políticos encarcelados después de la
violencia posterior a las elecciones de 2011 sería un signo de la
verdadera reconciliación”, explica a Fides el padre Donald Zagore,
sacerdote marfileño de la Sociedad de Misiones Africanas. “Desde 1999
Costa de Marfil vive inmersa en un círculo vicioso de división y
violencia sociopolítica, - continúa Zagore-, desde el estallido de la
sangrienta revuelta del 2002 hasta la violencia postelectoral de 2011 en
la que, según la Comunidad Internacional, murieron casi 3 000
personas”.
“En el proceso de reconciliación iniciado por el presidente actual, se
ha adoptado la justicia como principio fundamental sobre el que
construir esta reconciliación nacional. Por desgracia, el poder judicial
de Costa de Marfil se ha mantenido en una lógica de imparcialidad
impartiendo justicia para los vencedores, no haciendo de ella un
instrumento de reconciliación y paz sino un instrumento de injusticia y
división”, lamenta el misionero.
“La paz ya no era posible en ese contexto. La única salida era una
política de amnistía con la liberación de todos los presos políticos que
favorecería un diálogo franco para una verdadera reconciliación. La
petición para liberar a los presos fue unánime tanto desde grupos
sociales y políticos como desde los religiosos”.
La Iglesia de Costa de Marfil ha apoyado el proceso. Hoy, con la
amnistía, se ha dado un gran paso hacia una verdadera y definitiva
reconciliación, aunque aún queda mucho por hacer. La verdad es que todos
los ciudadanos de Costa de Marfil estamos sedientos de paz y
reconciliación”, concluye Zagore.