Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 01/03/2018) – Los ciudadanos filipinos deberían “celebrar,
vigilar y custodiar el don de la democracia”, conquistada tras derrocar
al dictador Ferdinand Marcos el 25 de febrero de 1986: lo afirman los
obispos de las Filipinas recordando el 32° aniversario de la Revolución
popular que llevó a la destitución del general.
En un mensaje lanzado con motivo del aniversario el obispo de Caloocan,
Pablo Virgilio David, vice presidente de la Conferencia Episcopal de las
Filipinas, ha remarcado que “uno de los dones que hemos recibido como
nación es la libertad y también la democracia. Pero tenemos la tendencia
de darlo por descontado”, por lo que ha invitado a la ciudadanía a
vigilar ante una “posible dictadura sibilina en las Filipinas” y a
“proteger nuestra democracia y nuestras libertades civiles”.
Como conclusión de la reciente asamblea plenaria, los obispos filipinos
han expresado sus temores ante los intentos de cambiar la Constitución, y
los comentarios del presidente Duterte sobre que “sería necesario un
dictador para cambiar el país”. Duterte en los últimos días ha vuelto
sobre sus pasos, declarando que se siente “viejo y cansado” y que quiere
alcanzar los antes posible el objetivo de la reforma federalista del
país, de tal modo que pueda terminar su mandato antes de tiempo. El
presidente filipino ha instituido una comisión con 19
constitucionalistas encabezados por un ex juez de la Corte suprema, que
han presentado una propuesta de reforma constitucional siguiendo el
modelo americano.
Los obispos en la reciente “Marcha por la vida”, del 24 de febrero en
Manila, han vuelto a llamar la atención sobre la sangrienta cruzada
anti-droga lanzada por Duterte, y sobre otras medidas como la pena de
muerte y el abuso de los derechos humanos en la sociedad. En esta
ocasión, el Arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, presidió una mesa
exhortando a “tratar a las personas como dones, no como mercancías” y
observando que, como dijo el Papa Juan XXIII en la Pacem in Terris, “la
paz puede llegar solo de la justicia, la verdad, el amor y el respeto”.
El Cardenal Tagle también ha subrayado la necesidad de una campaña dé
“no violencia activa” como antídoto a la cultura de la violencia
extendida por el país.