Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 24/05/2018) - “El futuro de Myanmar se basa en su rica
historia y tracción de convivencia multireligiosa y multiétnica. A nivel
más profundo, este prometedor futuro está asegurado por los valores y
las virtudes de la compasión, del bienestar compartido y de la justicia
presentes en las grandes tradiciones religiosas de Myanmar”. Lo afirman
los líderes religiosos de Myanmar, reunidos en el forum “Religions for
Peace”, guiado por el Cardenal Charles Maung Bo, en una Carta especial a
la población lanzada hoy, 24 de mayo, y enviada a la Agencia Fides.
En el texto se lee: “Como líderes budistas, cristianos, hindúes y
musulmanes de Myanmar y de toda la región, os escribimos en solidaridad
con la esperanza de paz. Permanezcamos unidos ahora en este momento
crucial, en el que se determina el futuro de esta nación. A través de
los incansables esfuerzos de innumerables hombres y mujeres, os habéis
esforzados en superar el sufrimiento y curaros de las heridas del
pasado. Myanmar ha demostrado al mundo que es posible una transición
pacífica del poder”.
La carta recuerda que “durante el gran desastre del ciclón Nargis en el
2008 los monjes budistas salvaron a las personas afectadas en todas las
aldeas; las agencias humanitarias cristianas distribuyeron ayudas a
todos los que sufrían; hindúes, musulmanes y otros grupos se unieron
para ayudar a sus compatriotas” y afirma: “La compasión y la vida en
común son los valores fundamentales del pueblo de Myanmar y la unidad en
la diversidad es la fuerza de esta nación”.
Luego los líderes religiosos reiteran: “Rechazamos el uso indebido de la
religión y la raza para dividir a nuestro pueblo” y se comprometen a
aportar su contribución “para resolver conflictos intercomunitarios y
avanzar en la reconciliación nacional”, expresando sus “oraciones por la
paz en la Conferencia de Panglong”, que “fortalecerá la transición de
la dictadura a la democracia, del conflicto a la paz”.
Los líderes toman nota de “la creciente hostilidad y grandes movimientos
de personas en los estados de Kachin y Shan, que debilitan aún más el
proceso de paz y reconciliación”, comprometiéndose “a trabajar con el
gobierno para llegar a un acuerdo nacional basado en un sistema federal
democrático en Myanmar”.
La carta afirma: “Compartimos una visión del desarrollo en Myanmar, que
se basa en la noción de la dignidad humana, los derechos humanos y el
bien común. En la base de la paz sostenible está el respeto y la
realización de la dignidad humana, la innegable y sagrada esencia
arraigada en nuestra naturaleza como seres humanos y como pueblos”. Los
líderes religiosos nos instan a recordar que “la profunda herencia
espiritual de Myanmar se expresa en las enseñanzas de las grandes
religiones mundiales practicadas en este país”, el budismo, el
cristianismo, el Islam y el hinduismo, tradiciones religiosas que
enseñan “compasión y reconciliación”, como reiteró el Papa Francisco en
su visita al país.
Señalando “la incitación al odio en las redes sociales que viola los
principios espirituales fundamentales de tolerancia y respeto” y las
grandes masas de refugiados, los líderes “imploran al gobierno de la
Unión que tome las medidas necesarias para garantizar la paz y el
bienestar de las poblaciones desplazadas y marginadas”, citando la
difícil situación de todas las comunidades que viven en el estado de
Rakhine.
En esa situación, se invita a la ONU a “facilitar el proceso para dar
vida a la paz, al desarrollo, a la educación y a los derechos humanos
para todas las comunidades en el estado de Rakhine”, haciendo un
llamamiento a “una solución basada en la dignidad humana y el bienestar
compartido”. “El futuro del pueblo de Myanmar está en nuestras
oraciones”, concluye la Carta, firmada por el Cardenal Bo y por todos
los líderes religiosos de “Religons for Peace”.