Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 23/05/2018) - El Estado debe proteger a todos los ciudadanos,
cualquiera que sea su origen étnico o religioso, o de lo contrario
Nigeria caerá en el caos y el terror generalizado. Es el grito de alarma
lanzado por los obispos de Nigeria ayer, 22 de mayo, día en que se
celebró el funeral por las 17 víctimas de la matanza del 23 de abril en
la localidad de Mbalom, en el estado de Benue.
Entre las víctimas se encuentran dos sacerdotes, el padre Joseph Gor y
el padre Felix Tyolaha.
A la vez que se celebraron los funerales, la Conferencia Episcopal
Nigeriana ha organizado una jornada de acción para protestar por las
continuas matanzas de cristianos cometidas por los pastores Fulani (ver
Fides 15/05/2018). “Como seres humanos estamos inmersos en el dolor y
muchos de nosotros no nos recuperaremos del shock por mucho tiempo.
También hubo homicidios imperdonables e inexplicables en Benue antes del
23 de abril, cuando estos mártires murieron y otros fueron asesinados
más tarde”, explicó el cardenal John Onaiyekan, arzobispo de Abuja, en
su homilía durante el funeral de las víctimas de la masacre de Mbalom,
en el Centro de peregrinación Se Sugh U Maria, en Ayati, en el estado de
Benue.
“No se puede permitir que continúe este estado de cosas. Cada vida
humana es preciosa para Dios, que nos hizo a su imagen. Una vida
arrebatada ya es demasiado. Matar a personas en las iglesias o en las
mezquitas es una afrenta a Dios”, agregó el cardenal que reafirmó que
las autoridades deben intervenir para garantizar la seguridad de todos.
Monseñor Alfred Adewale Martins, Arzobispo de Lagos, aseguró lo mismo
durante una misa de sufragio por las víctimas de Mbalom. “El presidente
Muhammadu Buhari debe actuar rápidamente y tratar de restaurar la
confianza de las personas; es la autoridad y el padre de la nación.
Instamos al presidente a intervenir en este problema para salvar al país
de una guerra tribal o religiosa. Lo decimos con el debido sentido de
patriotismo por nuestra nación, Nigeria, porque creemos en la fuerza y
la unidad de Nigeria”, aseguró Martin.
Después de la masacre de Mbalom, los obispos emitieron una dura
declaración en la que le pedían al presidente
Buhari que se hiciera a un lado si no podía garantizar la seguridad de
todos los nigerianos.