CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 18/05/2018) - “Con la Santa Infancia nació un
nuevo estilo de misión que se centra en la gracia del bautismo, de la
que brota el carácter misionero de todo cristiano y también reconoce el
derecho del niño a recibirlo y el deber de darlo. Por primera vez en la
Iglesia, los niños se han convertido en sujetos activos de la
evangelización, protagonistas de la pastoral, en su sencillez y
humildad. Son ya 175 años los que cumple esta Obra, también llamada de
la Infancia Misionera, que tiene por misión salvar niños gracias a los
niños”. Con estas palabras, la hermana Roberta Tremarelli, AMSS,
Secretaria General de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera,
explica a Fides la peculiaridad y novedad que presenta este trabajo en
el campo de la animación misionera y la pastoral de niños con motivo del
175 aniversario de la fundación.
El 19 de mayo de1843 fue constituida oficialmente la Obra de la Santa
Infancia cuyo nombre expresa la voluntad del fundador, monseñor Charles
de Forbin Janson, de confiarla a la protección del Niño Jesús. Nacido en
París en 1785 en el seno de una familia católica noble, Charles Forbin
Janson asistió durante sus años de seminario a la capilla del Instituto
de Misiones Extranjeras de París, entrando así en contacto con los
misioneros. Escuchó las historias de su trabajo en China y de los miles
de niños que los sacerdotes y las monjas acogían, cuidaban, educaban y
bautizaban. Su espíritu misionero se fortaleció aún más después de su
ordenación sacerdotal. A los 38 años fue ordenado obispo de Nancy e
inmediatamente comenzó a organizar retiros y misiones en todas las
parroquias de su diócesis. Repartió la riqueza de su familia y se quedó
solo con lo indispensable para él. Durante su ausencia de la diócesis
por compromisos pastorales, los anticlericales saquearon
el seminario y le impidieron regresar a Nancy. Así comenzó el triste
período de exilio durante el que, sin embargo, siguió pensando en los
misioneros y en los niños de China. Después de tres años de misión en
América del Norte, regresó a Francia y en Lyon conoció a Pauline
Jaricot, la fundadora de la Obra de la Propagación de la Fe. Tal y como
ella había hecho para los adultos en Francia, lo habría organizado él
para los niños de Francia y de toda Europa. Los niños ayudarían a sus
hermanos y hermanas, no solo a los de China, sino a todas las misiones
del mundo, con una breve oración diaria y un pequeño sacrificio mensual.
“La Obra ha revelado a los niños europeos las necesidades de otros niños
con una nueva dimensión de la conciencia misionera: transmitir una
mirada y un corazón misionero desde la infancia”, subraya la Secretaria
General que añade: “Hoy en día, la Obra ha echado raíces en más de 150
países. A través del Secretariado Internacional, -que tiene su sede en
Roma, en el Palazzo di Propaganda Fide-, y las donaciones recogidas en
todo el mundo, se apoyan miles de proyectos de caridad que ayudan a los
niños de los 5 continentes con el objetivo de proporcionarles la
herramientas necesarias para poder vivir la vida de una manera digna,
tanto desde el punto de vista físico como espiritual. Los ámbitos de
trabajo comprenden la animación cristiana y misionera y la formación, la
infancia pastoral, preescolar y escolar, la protección de la vida”.
Alrededor del mundo, la Obra está ayudando a unos 20 millones de niños.
En 2017, 2.834 proyectos salieron adelante gracias a 17.431.260 de
dólares aportados por el Fondo Universal de Solidaridad que se nutre de
las donaciones de los niños de todo el mundo. Cada proyecto financiado
puede y debe ser una oportunidad y una herramienta para la animación
misionera.
“Incluso a través de este trabajo, la Iglesia pone su maternidad al
servicio de los niños y de sus familias, -recuerda la hermana Roberta
Tremarelli-, cuidando de ellos como nos pide el Papa Francisco:
“Acercaos para tocar, para darles la mano y llevarlos a donde se respete
su dignidad, haciéndolos caminar con sus piernas. Ayúdalos a recuperar
su vida cotidiana. Cuidándolos para que puedan participar en la
sociedad”.