Bangui, REPÚBLICA CENTROAFRICANA (Agencia Fides, 05/28/2018) - Detener las injerencias extranjeras en la
República Centroafricana. Es lo que reclaman los miembros de la
Plataforma de Confesiones Religiosas de Centroáfrica en un memorando
sobre la crisis que sufren distintas zonas del país y la misma capital,
Bangui, sacudida por una violencia que causa continuas víctimas y
provoca la destrucción de bienes materiales. Recordemos que entre las
víctimas hay un cura católico, Albert Toungoumala Baba, que murió el 1
de mayo, junto a unos 20 fieles, en el asalto a la parroquia de Notre
Dame de Fátima, cerca del barrio PK5 de Bangui.
“La crisis de Centroáfrica tiene su origen no solo en el mal gobierno,
la corrupción, el clientelismo, la exclusión, el regionalismo, el
rechazo de la alternancia política, la pobreza, la mala redistribución
de la riqueza, las instituciones débiles, la crisis del liderazgo, la
impunidad y la inseguridad; -todos males denunciados reiteradamente-,
sino también en la intención de algunos países vecinos, que desean
ocupar nuestro país usando grupos armados dirigidos y financiados por
ellos con el fin de controlar los recursos de República Centroafricana”,
asegura el documento, firmado por el cardenal Dieudonné Nzapalainga,
arzobispo de Bangui, en representación de los católicos.
“Algunos compatriotas, movidos por la búsqueda del dinero fácil y la
conquista del poder por medios no democráticos, se han aliado con
mercenarios extranjeros, principalmente de Chad y de Sudán, para
desestabilizar el país. Estos compatriotas orquestan la violencia con la
complicidad de estos mercenarios que se aprovechan de la falsa disputa
entre cristianos y musulmanes como una maniobra de distracción, cuando
su verdadero objetivo es hacerse con el poder y con el control de las
riquezas naturales de la República Centroafricana, a expensas de sus
ciudadanos, que son las víctimas de actos de violencia diarios
inenarrables”, indican los líderes religiosos que insisten en que el
conflicto tiene origen político y no religioso.
El memorando también denuncia la falta de profesionalidad de algunos
contingentes de la Minusca, a los que acusa de proporcionar armas y
munición a algunos grupos rebeldes. Los líderes religiosos dan algunas
recomendaciones para superar la crisis, incluyendo la invitación a los
jóvenes a no ceder ante la manipulación étnica y religiosa que les
empuja a alistarse en grupos armados que siembran la inestabilidad en el
país.