Yaoundé, CAMERÚN (Agencia Fides, 26/05/2018) - "La situación es dramática. Las fuerzas del
orden continúan asesinando a los civiles. Miles de personas buscan
refugio en el extranjero o en otras provincias del país". El p. Ludovic
Lado, Jesuita, delinea un panorama dramático de la crisis que está en
acto en las provincias anglófonas de Camerún. Según el religioso, se
están perpetrando continuas violaciones de los derechos humanos.
Desde hace años las provincias anglófonas, ex colonias británicas unidas
a Camerún después de la independencia (1960), piden más espacio para
sus usos y costumbres y reivindican una mayor autonomía. A partir del
2016 las manifestaciones de descontento se han ido haciendo más
frecuentes. El 1 de octubre de 2017, las franjas más extremistas
llegaron a declarar la independencia de las dos provincias anglófonas
del Camerún y el nacimiento de la República de Ambazonia.
Ante esta situación, el gobierno francófono de Yaoundé ha reaccionado
con mano dura, enviando militares y fuerzas del orden para reprimir
cualquier forma de sublevación. A día de hoy se cuentan ya más de 150
víctimas – entre ellos 64 civiles -, 160.000 desplazados y unas 26.000
personas huidas a Nigeria.
"Las peticiones de autonomía son legítimas – continúa el padre Lado – y
creo que el regreso a una Constitución federal, como la que fue abolida
en 1972, podría garantizar a estas provincias esa autonomía. La mayoría
de la población anglófona no quiere la independencia y se desvincula de
las reivindicaciones independentistas del movimiento por la Ambazonia.
No solo eso, sino que gran parte de los anglófonos es contraria también a
los métodos violentos. Creo que la violencia hay que rechazarla
siempre".
El presidente Paul Biya y el gobierno de Yaoundé parecen estar sordos a
las instancias de los anglófonos. “Algunas personalidades – explica el
padre Lado – han pedido que se abriese una confrontación pacífica y se
pusiese fin a la represión. El presidente Paul Biya y el gobierno han
ignorado estos llamamientos. Creo que por una cuestión de oportunismo.
En 2018 se tendrán elecciones presidenciales y la clase política de
Yaoundé teme que la crisis tome un camino que no puedan gestionar. Pero
¿no se dan cuenta que cada vez hay más jóvenes que están tomando las
armas contra el gobierno? La represión solo empeorará la crisis”.
El Departamento de Estado americano ha condenado la creciente violencia.
La Unión europea ha pedido al gobierno de Camerún que use solo la
“fuerza proporcionada" para frenar la revuelta. El 16 de mayo, en una
carta, firmada por el presidente mons. Samuel Kleda, arzobispo de
Douala, la Conferencia episcopal del Camerún ha denunciado la "violencia
inhumana, ciega, monstruosa y una radicalización de las posiciones” en
curso en las provincias anglófonas. Los obispos piden “una mediación
para salir de la crisis y salvaguardar nuestro país de una guerra civil
inútil y sin fundamento”.
"Los enfrentamientos continuarán hasta que no se resuelvan los problemas
que están en la base de esta crisis – concluye el padre Lado -. La
gente está exasperada por una política que no los escucha y es por esto
que continua y continuará a resistir a la represión de las fuerzas del
orden. Hace falta un cambio de dirección por parte del gobierno, pero
por ahora me parece difícil”.