Alto Solimões, BRASIL (Agencia Fides, 29/05/2018)- El Sínodo Panamazónico es un proceso en
el que resulta imprescindible la participación de las Iglesias locales.
Poco a poco, esa implicación se va dando, como reconoce a la Agencia
Fides el obispo de Alto Solimões – Brasil, Monseñor Adolfo Zon Pereira,
para quien “el Sínodo se inició en Puerto Maldonado y allí ya el propio
discurso del Papa fijó el rumbo para comenzarlo”. Como un primer paso,
en la diócesis dirigida por el religioso javeriano, "recogimos esa
llamada y ya en el encuentro de pastoral que tuvimos en Pascua nos
dedicamos a participar”, afirma el prelado.
Monseñor Zon destaca a la Agencia Fides que “el Sínodo no cae del cielo,
no es convocado por el Papa por acaso o porque es un esnobismo, sino
que creo que es algo que se viene preparando ya desde los años cincuenta
en que los obispos de la Amazonia, por lo menos de Brasil, se han
preocupado siempre por responder a los desafíos de la Amazonia, intentar
construir una Iglesia con rostro amazónico”. Dentro de esa historia, el
obispo de Alto Solimões sitúa el punto álgido en el encuentro de
Santarem, celebrado en 1972, que define como “un hito, un marco en todo
este proceso” y donde surgieron los encuentros de los obispos de la
llamada Amazonia Legal, cuyo tercer encuentro será celebrado el próximo
mes de agosto en Manaos, y que como el mismo obispo señala a la Agencia
Fides, “va a ser ya también la primera contribución de los obispos de la
Amazonia para construir el instrumentum laboris, que va a ser el
documento sinodal que va a ser trabajado en el Sínodo”.
Si existe un elemento que puede resultar decisivo en el Sínodo
Panamazónico es la escucha de la gente, de las comunidades, conocer lo
que la Iglesia de la Amazonia quiere para buscar nuevos caminos. Para
Monseñor Zon, “la escucha es la gran característica del discípulo y
nosotros tenemos que escuchar a la gente y a la naturaleza, porque es a
través de ellas que Dios habla”. Teniendo como punto de apoyo el Salmo
18, el obispo reconoce a la Agencia Fides que “todo el firmamento, toda
la naturaleza, cada uno de los pueblos es una voz de Dios que nos está
diciendo alguna cosa”.
Por tanto es necesario, “estar atentos y sobre todo ir creando en
nosotros esa actitud para poder escuchar en profundidad a ese Dios que
nos está llamando a hacer algo nuevo”, prosigue el obispo de Alto
Solimões, para quien “el mismo Sínodo va a ser esa ayuda para ponernos
todos en esa actitud de discípulos que escuchan al Maestro y que después
necesitan también obedecer, ser osados, como dice el Papa Francisco”.