Dabeiba, COLOMBIA (Agencia Fides, 19/05/2018) - “Hoy continuamos realizando nuestra misión
evangelizadora en actitud itinerante, a partir de la inserción en las
culturas, respetando su identidad, iluminándolas con la Palabra de
Dios”, “Hoy se cuenta con indígenas capacitados, que han logrado
profesionalizarse y ocupar puesto públicos importantes como concejales,
diputados, representantes dentro del Congreso de la República”, “Ha
surgido entre ellos, educadores, agentes de pastoral y un sacerdote de
la región que se proyectan a sus comunidades con propuestas concretas”,
así lo declara a la Agencia Fides, la Hna. Rubiela Marín Agudelo, de la
Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de
Siena, más conocidas como las Misioneras de la Madre Laura, en honor al
nombre de su madre fundadora, Laura Montoya, quien luchó desde el
principio de la obra, para “que los indígenas, fueran reconocidos como
personas e hijos de Dios, en una sociedad que los catalogaba en su época
– hace más de diez décadas- como seres irracionales e incapaces de
cualquier iniciativa”.
La Congregación ha celebrado este 14 de mayo 104 de su fundación y
trabajo misionero en favor de los pueblos indígenas de Embera katío, en
la Selva de Dabeiba, en Colombia.
Al hablar sobre el trabajo misionero y la defensa de los derechos de
este pueblo, la religiosa denuncia que “los indígenas por lo general, se
han enfrentado y se enfrentan a colonos inescrupulosos que entran a
sus territorios y con astucia se van apoderando de las tierras, para la
siembra de coca, generando conflictos de amenazas, violaciones y
desalojo. Por los intereses económicos de algunas empresas
multinacionales se han proyectado diferentes mega-proyectos en la
región, propiamente en los territorios indígenas, tales como la
explotación de los recursos naturales, principalmente en minería y
madera. Todo lo anterior unido a la presencia de grupos armados legales
o ilegales, ha llevado a muchos líderes y dirigentes indígenas a
inscribirse en sus filas o a tomar partido, incidiendo en graves
problemas de persecución, desalojo, y asesinatos de líderes indígenas y
campesinos”.
“Ante la coyuntura del proceso de paz que vive el país”, uno de los
principales retos que tienen la Congregación es “lograr promover
espacios de reconciliación y paz como aporte a la reconstrucción del
tejido social del País, especialmente en las zonas campamentarias y
zonas de influencia de las mismas, donde están replegados los
reinsertados de las guerrillas de las FARC”, declara la Hna Rubiela,
quien ha trabajado 16 años con la población Embera Katío, en Colombia.
“La Congregación evangeliza y promueve los derechos de los indígenas
Embera Katío, ante todo, acompañándolos en las organizaciones locales y
regionales, sembrando conciencia a través de talleres de reflexión, con
asesores y asesoras conocedores de la realidad. En ocasiones
acompañándolos en marchas por la defensa de la vida, de sus derechos y
territorio. Igualmente se les ha acompañado cuando se puede, en la toma
de decisiones relacionadas con la no aceptación de los proyectos
mineros, hablando coordinadamente con ellos, con los grupos armados para
que respeten su organización y autonomía y hablando con los organismos
internacionales de protección a los derechos humanos”, informa a Fides
la misionera Laurita – y agrega refiriéndose a los 104 años de misión –
“Aunque las circunstancias han cambiado, estos grupos humanos siguen
existiendo en escenarios extremos de vida o muerte; reclaman nuestra
presencia renovada y esperanzadora, capaz de presentar el Evangelio
comprometido con la defensa de la vida, territorio y cultura de los
pueblos”.
Los indígenas Embera Katío representan el 2,7% de la población indígena
de Colombia. Se encuentran sobre todo en el departamento de Antioquia,
seguidos por los departamentos de Chocó y Córdoba. Sin embargo, también
están asentados en Panamá y Ecuador. La Madre Laura, canonizada el 12 de
mayo de 2013, fue la primera religiosa que comenzó en 1914 la misión en
las comunidades emberá-katío, en el municipio de Dabeiba Antioquia, en
Colombia.