Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 22/06/2018) - Más de 200 sacerdotes y pastores de otras
denominaciones cristianas católicas de Filipinas han solicitado poder
llevar un arma. Así lo anunció el Director General de la Policía de
Filipinas, Oscar Albayalde. Según los datos publicados, la oficina de
policía que emite licencias de posesión de armas de fuego recibió en el
último año (a partir de junio de 2017) solicitudes de 188 sacerdotes
católicos y 58 ministros de otras comunidades cristianas.
“Como autoridad competente, podemos atender las solicitudes debidamente
cumplimentadas, lo que permitiría la posesión de armas a los miembros
del clero y jefes de las congregaciones religiosas”, aseguró Albayalde,
especificando que hasta ahora ninguna de las solicitudes se ha aprobado.
La solicitud de armas de fuego entre los sacerdotes se dispararon debido
a los asesinatos de tres sacerdotes en los últimos seis meses. Albayalde aclaró que la policía no está al tanto de
amenazas de muerte contra estos sacerdotes que han pedido poder llevar
armas y ha especificado que la policía también está disponible para
“formar a los líderes religiosos que deseen poseer armas de fuego”. De
acuerdo con la nueva ley sobre la posesión de armas, los sacerdotes se
encuentran entre los profesionales que pueden portar armas de fuego. La
medida, firmada por el ex presidente Benigno Aquino III en 2014,
estipula que entre los profesionales que puedan llevar armas se
encuentran periodistas, contables, abogados, abogados, médicos y otros.
En los últimos días, los obispos y los líderes religiosos han dicho que
los sacerdotes y los agentes de pastoral no necesitan llevar armas de
fuego para su propia protección o para su propia defensa. El obispo José Oliveros, al frente de la diócesis de
Bulacan, dijo que los sacerdotes deberían ser “hombres de paz, no de
guerra”. El presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, el
arzobispo Rómulo Argüelles, dijo que los sacerdotes “siempre enfrentan
el peligro de muerte en el ejercicio de su ministerio”, pero que no
deben portar armas, sino que “deben estar listos para dar sus vidas en
Cirsto”.