Washington, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 20/06/2018) - “Aunque realmente queremos una solución
legal para los Dreamers, no podemos aprobar cambios estructurales
importantes en el sistema de inmigración que tengan un impacto negativo
en las familias y en las personas más vulnerables, como aquellos que
produce esta legislación. Esperamos que haya una oportunidad para
dialogar con los legisladores y encontrar cómo poner en marcha nuevas
medidas, en concreto, sobre los efectos en las familias y en los más
vulnerables”. Es lo que monseñor Joe S. Vásquez, obispo de Austin,
Texas, Presidente de la Comisión de Migración de la Conferencia
Episcopal Americana (USCCB/COM), indica en la carta que envió a todos
los miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, con
respecto a dos leyes de inmigración que han de discutirse semana en el
Parlamento.
Los llamados “Dreamers” son unos 800,000 inmigrantes llegados a los
Estados Unidos cuando eran niños y que son hijos de padres que entraron
ilegalmente en el país. Para protegerlos, Barack Obama había establecido
el programa Daca (Deferred Action for Childhood Arrivals), una
iniciativa suspendida por la administración Trump. Monseñor Vásquez
había escrito una primera carta en enero oponiéndose a la H.R. 4760,
también en debate esta semana, que prevé la reducción de los visados
para los trabajadores en el sector agrícola, para el reagrupamiento
familiar, la financiación para construir el muro fronterizo con México y
el aumento de los agentes empleados en el Departamento de Seguridad.
En su carta de ayer, recogida por la Agencia Fides, Monseñor Vásquez
declara: “Mis hermanos obispos y yo apreciamos los esfuerzos de los
Representantes para encontrar una solución legislativa para los
“Dreamers”, hablando de medidas sobre inmigración en la Cámara de
Representantes. Creemos que esta legislación debe ser bipartidista,
ofrecer a los “Dreamers” un camino hacia la ciudadanía, estar a favor de
la familia, proteger a los más vulnerables y respetar la dignidad
humana en el ámbito de la seguridad y la protección de las fronteras”.
Al mismo tiempo, ha sido noticia en todo el mundo los vídeos en los que
los niños separados de sus padres y enjaulados gritan y lloran de
desesperación en los centros de detención. Es el efecto de las nuevas
normas sobre inmigración, de la política de “tolerancia cero” en la
frontera con México. La cuestión está siendo ampliamente debatida a
todos los niveles, como lo demuestra la iniciativa de la Iglesia
Metodista Unida, que condena al Procurador General Jeff Sessions, por la
política del gobierno Trump de separar a las familias de los
inmigrantes sin documentos a la frontera sur de los Estados Unidos. La
carta, firmada por 640 fieles, sacerdotes y líderes de la Iglesia
Metodista, asegura: “De acuerdo con el párrafo 2702.3 del United
Methodist Discipline Book 2016, acusamos a Jefferson Beauregard
Sesiones, Procurador General de los Estados Unidos, de delitos
relacionados con el abuso de menores, la inmoralidad, la discriminación
racial y la difusión de doctrinas contrarias a las normas de la doctrina
de la Iglesia Metodista Unida”. La carta afirma que “mientras que otros
individuos del gobierno federal están involucrados en cada uno de estos
ejemplos”, Jeff Sessions, que es un Metodista, se encuentra en una
“posición pública de mucho poder” de la que los firmantes se sienten
responsables: “tenemos la obligación ética de hablar con valor cuando
uno de nuestros miembros está implicado en causar un daño
significativo”.