Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 19/06/2018) -Fuerte condena de la Iglesia de Sudáfrica
por el asalto a la mezquita de Malmesbury, un pueblo que está a 65 km
al norte de Ciudad del Cabo, que tuvo lugar el 14 de junio. “En nombre
de los obispos de Sudáfrica y la Iglesia católica, queremos expresar
nuestra profunda conmoción y horror ante las atrocidades cometidas en la
mezquita de Malmesbury”, reza un comunicado enviado a la Agencia Fides,
firmado por monseñor Esteban Brislin, arzobispo de Ciudad del Cabo y
Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos del África Austral
(SACBC). “Ofrecemos nuestras condolencias a las familias de aquellos que
han perdido la vida en este brutal ataque y rezamos para que el
Todopoderoso les dé fuerza y consuelo. También rezamos para que la
comunidad de la mezquita de Malmesbury, devastada por la profanación de
este lugar sagrado, reciba también fuerza y consuelo”.
El asalto fue cometido por un hombre armado con un cuchillo que ingresó a
la mezquita a primera hora de la mañana del 14 de junio. El atacante
arremetió contra cuatro personas, asesinando a dos de ellas, incluido el
imán de 74 años. Después el criminal fue abatido por la policía. Este
es el segundo ataque en un mes en una mezquita sudafricana. El 10 de
mayo, poco después de la oración del mediodía, tres hombres armados con
pistolas y cuchillos entraron en la mezquita del Imán Hussein en
Verulamio, Durban, y después de apuñalar a tres personas, incendiaron el
local (ver Fides 11/05/2018 ). El Imán fue asesinado y otras dos
personas resultaron heridas.
“Ha pasado un mes desde el ataque a la mezquita en Verulam y alentamos a
los servicios policiales a seguir trabajando incansablemente para
llevar a los perpetradores ante la justicia”, asegura monseñor Brislin.
“Aunque las circunstancias del ataque de Malmesbury parecen ser
diferentes de las de Verulam, se debe realizar una investigación
exhaustiva para descubrir el motivo de ambos ataques”.
El presidente de la SACBC concluye pidiendo que estos episodios no sean
aprovechados para impulsar la violencia sectaria. “No permitiremos que
aquellos que tienen motivaciones siniestras pongan una fe en contra de
la otra, ni exacerben las tensiones dentro de los grupos religiosos.
Llamamos a todos los sudafricanos a expresar su respeto incondicional
por la vida humana y su compromiso de trabajar por la paz”.