Omdurman, SUDÁN (Agencia Fides, 14/06/2018) - El futuro del país está en manos de las
nuevas generaciones y una buena preparación, no solo académica, es la
base para construir una sociedad que respete el bien común. Así se
expresa la hermana Freweini Ghebreab, misionera comboniana coordinadora
del proyecto “Comboni Girls School” de Omdurman. En la ciudad, que se
encuentra a pocos kilómetros de Jartum, viven familias desplazadas que
regresaron al norte debido a los disturbios y los conflictos en Sudán
del Sur.
El objetivo de la “Comboni Girls School” es garantizar una educación
integral que reafirme la dignidad de la persona y proporcione seguridad
en la vida, así como preparar a sus alumnas académicamente para que
puedan comprender mejor su papel en la sociedad y la familia. Al centro
acuden estudiantes cristianas y musulmanas, de entre 5 y 17 años. Unas
100 estudiantes de primaria y 25 estudiantes de secundaria cuentan con
una beca para pagar la matrícula, el uniforme y el material escolar. Las
Misioneras Combonianas, que desde hace 100 años ofrecen este servicio,
brindan la oportunidad de recibir una formación a las niñas de la ciudad
y la periferia con el convencimiento de que la educación debe de ser un
derecho para todos, ricos y pobres.
En mayo de 2017 los misioneros combonianos lanzaron el proyecto
“Educación en Omdurman” para “fomentar la cultura y aumentar la dignidad
de un pueblo a través de los valores humanos y cristianos de libertad,
justicia y dignidad”. El proyecto ayuda a familias pobres que no tienen
el dinero para enviar a sus hijas a la escuela. Debido a la guerra en
Sudán del Sur muchas familias cristianas están huyendo hacia el norte,
en busca de una escuela cristiana para sus hijos. Junto a la tarea
educativa, las misioneras también afrontan el trabajo, aún más
desafiante, de promover la integración y la convivencia religiosa.