Chilpancingo, MÉXICO (Agencia Fides, 21/06/2018) – El diálogo con los grupos criminales está
funcionando para reducir la violencia en el área de Chilapa, cómo para
realizar los proyectos para la construcción de la paz, dijo Mons.
Salvador Rangel Mendoza, OFM, Obispo de la Diócesis de
Chilpancingo-Chilapa, de acuerdo a la información enviada a la Agencia
Fides.
Durante una rueda de prensa celebrada ayer sobre los esfuerzos de la
Iglesia para construir la paz, el obispo dijo que, al menos en su
diócesis, la violencia contra los candidatos en las próximas elecciones
ha disminuido como resultado del diálogo que tuvo con grupos criminales.
"Me encontré con estas personas porque los mismos candidatos me han
pedido que hable con ellos, para que puedan llevar a cabo sus campañas.
Puedo decir que el diálogo ha funcionado aquí en la diócesis. A
principios se mataron a dos candidatos en Chilapa, uno del PRI y otro
del PRD, pero por razones distintas de la campaña electoral, por lo que
creo que hasta ahora todo está funcionando ", dijo el obispo.
"Hemos llegado a acuerdos sobre muchas cosas por hablar directamente con
los líderes, tuve la oportunidad de acercarme y ahora tenía la
oportunidad de proponer un plan de paz para las dos regiones
(Tlanicuilulco y Filo de Caballo) hablando con estos 'señores' y un
representante de la federación" dijo en un mensaje enviado a Fides Mons.
Rangel Mendoza. El Obispo precisa de estar a favor de la amnistía, pero
en un modo "restringido", y se refirió al caso de los agricultores que,
en ausencia de empleo y oportunidades, siembran la amapola, una
actividad ilegal en la que los niños participan cuando son pequeños, sin
saber la gravedad del hecho.
En marzo de 2017, algunos señalaron que el obispo se había reunido, en
contravención de la ley, con elementos delictivos. "Las autoridades no han buscado el diálogo con el crimen",
dijo el obispo Rangel, sin embargo el gobierno sabe y sabe quiénes son y
dónde están estas personas, pero no hay la voluntad de hacer algo
mientras permanezcan alejados, con la ley en la mano. Por malos que
sean, debemos escuchar sus argumentos ", había dicho el obispo.