CIUDAD DEL VATICANO (Agencia FidesV) - Víctimas de violencia, miedo y,
sobre todo, de un sistema injusto, 33.4 millones de personas en 145
países en 2019 se vieron obligadas a abandonar sus hogares, sumandose a
los cientos de millones de refugiados que ya están presentes en todo el
mundo. Para no olvidar esta grave tragedia, el 20 de junio se celebra el
106 Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados. 'Como Jesucristo,
obligados a huir' es el tema elegido por el Papa Francisco para este
día, que se centra en el cuidado pastoral de los desplazados internos.
“Esta jornada recuerda el papel y la responsabilidad que tenemos hacia
nuestro vecino que ha sido desarraigado de su hogar, su cultura, su
familia y su entorno y está experimentando una situación trágica y
dolorosa”, comenta el Secretario General de Caritas Internationalis
Aloysius John. “Para muchas personas en todo el mundo, estas personas no
tienen cara ni historia - se lee en la nota enviada a Fides -. Los
refugiados son solo números o noticias para leer brevemente en el
periódico. Raramente nos preocupamos por ellos o conocemos sus historias
de sufrimiento indescriptible, de dolor inmenso y persistente y, sobre
todo, de deshumanización”.
En su declaración, Aloysius recuerda, entre otros, a los muchos
refugiados rohingya que dejaron sus hogares en Myanmar para viajar a la
vecina Bangladesh donde, a pesar de la voluntad del gobierno local de
recibirlos, son profundamente vulnerables, también al contagio de COVID
19.
“La pandemia nos ha enseñado una lección importante: la necesidad de
solidaridad global para combatir cualquier problema que afecte a la
humanidad – continúa -. Este año, 2020, debe llevarnos a una nueva forma
de responder al drama de los refugiados. Como comunidad internacional,
la humanidad ha podido organizarse contra la pandemia. Del mismo modo,
existe una necesidad urgente de acoger a los refugiados con empatía y
solidaridad, enfrentar las causas profundas del fenómeno migratorio y
desarrollar un sistema económico justo que les garantice la igualdad de
oportunidades”.
“Nuestro principal objetivo - concluye el Secretario General de Caritas
Internationalis -, es cultivar la fraternidad a través de la expresión
de cuidado y amor por los más vulnerables, y los refugiados están entre
ellos. Pedimos a nuestros líderes políticos que tomen decisiones
valientes para proteger a los refugiados, en particular a cuántos de
ellos son víctimas de todo tipo de abusos y violencia en muchos lugares
del mundo en la actualidad. Son personas humanas, con valores y
derechos, y es el deber de todos nosotros recibirlos con los brazos
abiertos y asegurarnos de que vivan con dignidad”.
Según el informe de ACNUR en 2019, 70.8 millones de personas en todo el
mundo se han visto obligadas a huir de su país. Es un número sin
precedentes de personas que huyen de conflictos, persecuciones, cambio
climático dramático, desastres naturales. De estos, alrededor de 25.9
millones son refugiados, más de la mitad de los cuales son menores de 18
años. Cada dos segundos, una persona se ve obligada a abandonar su
hogar debido a un conflicto o persecución. A estos se suman millones de
apátridas a quienes se les ha negado la nacionalidad y el acceso a
derechos fundamentales como la educación, la salud, el trabajo y la
libertad de circulación.