Addis Abeba, ETIOPÍA (Agencia Fides, 27/06/2020) - “Dado que los movimientos de la población
están limitados debido al confinamiento por el COVID-19, la mayoría de
las personas permanecen en sus hogares y no pueden realizar trabajos
ocasionales para su sostenibilidad económica. En consecuencia, muchas
personas acuden a la puerta de nuestro convento para pedir comida. Como
comunidad, hemos terminado todo lo que teníamos y, por ello, decidimos
desarrollar un proyecto para ver cómo podemos ofrecer ayuda”, comenta la
hermana Dorothy Odundo, de las Hermanas Franciscanas de Santa Ana
(FSSA) que sirven en la parroquia de Dongora.
“Escribí a Missionszentrale der Franziskaner, una organización benéfica
que apoya la Orden Franciscana y a través de ellos logramos distribuir
alimentos y jabón a más de 300 familias necesitadas”, dice la religiosa
que es coordinadora del grupo de promoción de mujeres en Dongora,
A través de los ancianos de la parroquia y del párroco, el p. Mulugeta
Moges Naramo, las religiosas han identificado a los necesitados
independientemente de su fe y en cuatro días han distribuido alimentos a
las familias necesitadas, tanto cristianas como musulmanas.
El El p. Moges ha apreciado mucho la iniciativa de las hermanas
afirmando que la intervención ha llegado en el momento adecuado y la
comida es el apoyo más importante y necesario durante este periodo de
confinamiento, en el que la mayoría de las familias mueren de hambre y
no pueden permitirse las comidas necesarias.
La hermana Odundo, que trabaja con más de 600 mujeres en el grupo de
promoción, inició el proyecto “da una mano” el año pasado antes de la
pandemia. S Se trata de un proyecto en el que las familias de la
parroquia se apoyan mutuamente con lo que tienen. “Nos ayudamos
mutuamente entre los vecinos. Siempre hemos insistido en la importancia
de ayudarnos mutuamente, especialmente las familias que a veces no
tienen comida”, dice la religiosa.
Hasta el 25 de junio, Etiopía había reportado 5.175 casos de coronavirus, entre los cuales 1.544 recuperados y 81 fallecidos.
Sin embargo, las medidas preventivas adoptadas por el gobierno para
prevenir y detener la propagación de la infección tienen graves
consecuencias para la población, no solo económica y alimentaria. El
confinamiento en el hogar ha visto un aumento en la violencia doméstica.
Las mujeres y las niñas son víctimas de violencia y violación por parte
de familiares y parejas violentas.
Varios estados de la federación también han informado de casos de matrimonio precoz de niñas desde el cierre de las escuelas.
La Iglesia Católica se ha unido a la iniciativa #ZIM ALIIM (No me
callaré), lanzada por algunos artistas etíopes para denunciar la
violencia contra las niñas, a través de la Oficina de educación y
protección infantil de la Secretaría Católica Etíope, que recientemente
celebró una reunión sobre el tema.