Ahmedabad, INDIA (Agencia Fdes, 24/06/2020) – “En la India, un tema particularmente
importante es el relacionado con la acogida y las condiciones de vida de
los refugiados: en los últimos meses, en el país la atención se ha
centrado en los desplazados internos y apátridas, así como en los
refugiados. La Ley de Enmienda de Ciudadanía (Citizenship Amendment Act,
CAA), aprobada por ambas Cámaras del Parlamento a principios de
diciembre de 2019, es claramente inconstitucional y discriminatoria
contra ellos. Además, ha sido objeto de muchas críticas y protestas.
Según el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la ley
parece socavar el compromiso de igualdad ante la ley sancionada por la
Constitución de la India”: así lo dice a la Agencia Fides el padre
Cedric Prakash, jesuita indio y activista de derechos humanos, que acaba
de recibir el premio especial otorgado por la Comisión para las
minorías, en el gobierno de Delhi, por su compromiso en la promoción de
los derechos
humanos y de la integración social.
El jesuita señala que “la Convención para la eliminación de la
discriminación racial, de la cual la India es un estado signatario,
prohíbe la discriminación por motivos raciales, étnicos o religiosos”,
mientras que la ley tiene un efecto discriminatorio en el acceso de las
personas a la nacionalidad, seleccionándolas según su religión. “Es por
eso que pedimos la revocación inmediata de la AAC, que podría dejar
apátridas a un gran número de personas que viven en nuestro país”.
El p. Prakash señala que: “la pandemia ha puesto de relieve la difícil
situación de los desplazados internos, especialmente los trabajadores
migrantes. Desde el anuncio del bloqueo, una crisis humanitaria sin
precedentes en la historia de la India moderna ha afectado gravemente la
vida de los trabajadores migrantes. Millones de migrantes se han
quedado varados, sin alimentos, dinero y refugio, tratando de regresar a
sus hogares. Han sido objeto de violaciones de sus derechos
fundamentales y, a menudo, de graves abusos en las fronteras
interestatales. Al parecer muchos han perdido la vida por el bloqueo, ya
sea agotados por el viaje de regreso a casa, por el hambre o inclusi
por suicidio debido a la violencia policial, enfermedades o accidentes
ferroviarios y de carretera”.
Mientras tanto, señala el activista, “la estrategia actual de las
autoridades, en respuesta a este fenómeno, ha sido inadecuada y solo el
30% de los trabajadores han podido utilizar los trenes especiales que
han sido establecidos para ellos. En este momento, el gobierno indio no
parece tener ninguna estima sobre el número total de personas varadas o
de camino a casa, a través del país. De manera extremadamente tardía, la
Corte Suprema ha emitido una orden provisional sobre el transporte de
migrantes”.
Luego el p. Prakash agrega: “la forma en que la India ha tratado al
pequeño grupo de rohingyas que buscó refugio en India a raíz de su
persecución en Myanmar es un caso evidente de cómo nos hemos vuelto
inhóspitos como nación. Hoy la xenofobia, lo falso, el nacionalismo y el
exclusivismo parecen haberse convertido en el orden del día. Esto se ve
claro especialmente cuando se observa cómo son tratados en el país hoy
las minorías, los adivasis, los dalits, las personas pobres y
vulnerables como los trabajadores migrantes”.
Por último, el p. Prakash recuerda las reflexiones expresadas en varias
ocasiones por el Papa Francisco, y señala: “Responder a la difícil
situación de los refugiados y otros desplazados internos, en medio de la
pandemia, es ciertamente un gran desafío. No se obtendrá mucho si los
gobiernos siguen renunciando a su deber de responder a los gritos de
estos pueblos. Debemos mostrar coraje y transparencia política para
garantizar que estos últimos hermanos sean bienvenidos, protegidos,
promovidos e integrados. Como última cosa podemos decir: la vida de los
refugiados es importante”.