Brasilia, BRASIL (Agencia Fides, 20/06/2020) - La Iglesia en Brasil ha celebrado la Jornada
Mundial de los Refugiados con una serie de programas y debates sobre la
situación de las personas obligadas a abandonar su tierra y e propio
país, como evento de clausura de la “Semana del Migrante”.
“¿Dónde está tu hermano, tu hermana?” es la pregunta que constituye el
tema de la 35 edición de la Semana del Migrante, celebrada en Brasil del
14 al 21 de junio, para promover la aceptación, integración y defensa
de los derechos de los migrantes.
Según los datos publicados por el Comité Nacional de Refugiados
(CONARE), en la cuarta edición del informe “Refúgio em Numbers”, Brasil
ha reconocido, en 2018, solo 1.086 refugiados de diferentes
nacionalidades. Así, el país alcanza el número de 11.231 personas
reconocidas como refugiados por el estado brasileño. De este total, los
sirios representan el 36% de la población de refugiados, seguidos por
los congoleños, con el 15%, y los angoleños, con el 9%.
Como destaca la información publicada por la Conferencia Episcopal de
Brasil (CNBB), el 2018 fue el año con el mayor número de solicitudes de
reconocimiento de la condición de refugiado, como consecuencia del
aumento en el flujo de desplazamiento de venezolanos. El año pasado hubo
más de 80.000 solicitudes, incluidas 61.681 de venezolanos. En segundo
lugar, se encuentra Haití, con 7 mil solicitudes. Seguidos por los
cubanos (2.749), los chinos (1.450) y los bengalíes (947). Los estados
con el mayor número de solicitudes en 2018 fueron Roraima (50,770),
Amazonas (10,500) y San Paolo (9,977).
El arzobispo de Belo Horizonte y presidente de la CNBB, Walmor Oliveira
de Azevedo, en su mensaje afirma que cuando se mira a cada migrante y
refugiado es necesario ver en él a un hermano y una hermana que han
venido de otro lugar con diferentes hábitos y costumbres. Los
refugiados, según el Arzobispo, se integran y forman la familia de la
humanidad.
El presidente de la CNBB llama la atención sobre el hecho de que la
libertad para el movimiento de bienes está creciendo mientras las
persecuciones de migrantes y refugiados se multiplican: “Los objetos y
bienes se valoran más que las personas. Falta solidaridad hacia quienes
necesitan abandonar sus países debido a la miseria, las guerras, las
persecuciones religiosas y muchas otras formas de violencia”.