Yangon, MYANMAR
(Agencia Fides, 30/07/2014) – “La unidad y la paz de la familia
es vital para Myanmar”: lo afirma Charles Bo, Arzobispo salesiano
de Yangon, en un discurso sobre el tema de la familia, distribuido a
los fieles en vista del próximo Sínodo, y enviado a la Agencia
Fides. El Arzobispo recuerda que la cultura budista y el cristianismo
tienen en común un grande respeto hacia los padres. “Nosotros
llamamos a nuestro Dios, Abba y lo consideramos un padre amoroso y
amable, que nos hace hijos y hermanos y hermanas en el Señor”.
“Como cristianos, estamos llamados a celebrar la vida, a dar las
gracias a nuestros padres y a nuestras familias”, continúa. Mons.
Bo recuerda a los fieles birmanos que el Papa Francisco ha convocado
la Tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los
Obispos, que tendrá lugar en el Vaticano, del 5 al 19 de octubre de
2014 sobre el tema “Los desafíos pastorales de la familia en el
contexto de la evangelización”. “Muchos de los países ricos han
renunc iado a tener familias y el don de la vida es rechazado”,
señala el mensaje.
El arzobispo ha
hecho referencia después a Myanmar como una gran familia: “Me
gustaría llamar la atención sobre la urgente necesidad de unidad en
la familia de Myanmar. Somos una nación diversa, una familia con
'siete hijos', que son los siete principales grupos étnicos. Todos
nosotros somos hijos e hijas de una gran nación. Dios nos ha
bendecido con abundantes dones, con recursos naturales y humanos.
Pero hoy en día la nación está sangrando, apuñalada en repetidas
ocasiones por el odio. La unidad es la fuerza de una familia, no el
odio”.
El arzobispo ha
señalado que la nación está pasando por “un momento crucial”.
“Lo que hagamos ahora y en los próximos cinco años determinarán
nuestro destino y nuestra historia. ¿La prosperidad o la pobreza?
¿La paz o la guerra crónica? ¿Desarrollo o desplazamiento? ¿Unidad
en la diversidad o conflictos interminables? El destino de Myanmar
está en manos de todos nosotros”, ha dicho con solemnidad. El
texto condena el odio y la violencia que se producen en el país -
especialmente contra los musulmanes birmanos - y a todos los que
“están destruyendo el espíritu de familia de este país: ¡que se
avergüencen!”, ha señalado.
Mons. Bo ha dicho
que “la gente de todas las comunidades religiosas han trabajado y
dado su vida por esta nación. En la lista de los mártires
asesinados con el general Aung San (héroe nacional), había dos
musulmanes, U Abdul Razak, el ministro para la educación, y su
guardaespaldas Maung Htwe”. Hombres que dieron su vida por la
libertad y la independencia de Birmania.
El arzobispo
concluye: “Cualquier nación que se niega a aceptar la paz que pasa
a través de la justicia lo hace bajo su propio riesgo. El Papa Pablo
VI instó al mundo: la verdadera paz nace de la justicia. Nuestra
nación se concibe como una sola familia, a sabiendas de que nuestra
unidad está en la diversidad y no en la uniformidad. Nuestra
diversidad es nuestra riqueza. Aquí nos jugamos el futuro de nuestra
querida nación”.