CIUDAD DEL VATICANO,
25 julio 2014 (VIS).- El arzobispo Silvano Tomasi, Observador
Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas y
otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, intervino el pasado
23 de julio en la XXI Sesión Especial del Consejo de Derechos
Humanos dedicada a la cuestión de los derechos humanos en los
Territorios Palestinos Ocupados, incluida Jerusalén oriental.
''Mientras crece el
número de personas muertas, heridas, arrancadas de sus hogares en el
conflicto entre Israel y los grupos palestinos, en particular en la
Franja de Gaza, la voz de la razón parece estar sumergida por el
estruendo de las armas -afirmó el prelado- ... La mayoría de las
víctimas son civiles,los cuales, según el derecho humanitario
internacional deben ser protegidos. Las Naciones Unidas estiman que
alrededor del setenta por ciento de los palestinos muertos son
civiles inocentes. Es intolerable, como lo son los misiles disparados
indiscriminadamente contra objetivos civiles en Israel. Las
conciencias están paralizadas por un clima de violencia prolongada
que pretende imponer una solución a través de la aniquilación del
otro. Demonizar al otro, sin embargo, no elimina sus derechos. Por el
contrario, el camino hacia el futuro estriba en el reconocimiento de
nuestra humanidad común''.
El arzobispo recordó
que durante su peregrinación a Tierra Santa, el Papa Francisco pidió
que se pusiera fin a la inaceptable situación del conflicto
palestino-israelí con estas palabras: ''Ha llegado el momento de
que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al
servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el
reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a
existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines
reconocidos internacionalmente''.
''La aspiración
legítima a la seguridad, por una parte, y a condiciones de vida
dignas, por otra, con libre acceso a los medios de subsistencia,
tales como medicinas, agua y trabajo, por ejemplo, reflejan un
derecho humano fundamental, sin el cual es muy difícil mantener la
paz'', prosiguió Tomasi, subrayando que el deterioro de la situación
en Gaza ''nos recuerda constantemente que es necesario llegar a un
alto el fuego inmediato y comenzar las negociaciones para una paz
duradera''. Y a este propósito citó nuevamente una frase
pronunciada por el Santo Padre en Tierra Santa: ''La paz traerá
consigo incontables beneficios para los pueblos de esta región y
para todo el mundo. Es necesario pues encaminarse con resolución
hacia ella, también mediante la renuncia de cada uno a algo''.
''Corresponde a la comunidad internacional -agregó el arzobispo-
emprender con entrega la búsqueda de la paz y ayudar a las partes de
este horrible conflicto a llegar a un acuerdo para poner fin a la
violencia y mirar hacia el futuro con confianza mutua''.
Por lo tanto, la
Delegación de la Santa Sede ''reitera su opinión de que la
violencia nunca paga. La violencia sólo traerá más sufrimiento,
destrucción y muerte, e impedirá que la paz sea una realidad. La
estrategia de la violencia puede ser contagiosa y convertirse en
incontrolable. Para combatir la violencia y sus consecuencias nocivas
tenemos que evitar acostumbrarnos a los asesinatos. En un momento en
que la brutalidad es una práctica común y la violación de los
derechos humanos es omnipresente, no debemos ser indiferentes sino
responder de forma concreta para reducir un conflicto que nos afecta
a todos''.
''Los medios de
comunicación tendrían que informar de manera justa y sin prejuicios
de la tragedia de todos los que sufren a causa del conflicto, con el
fin de facilitar el desarrollo de un diálogo imparcial, que
reconozca los derechos de todos, respete la legítima preocupación
de la comunidad internacional y se beneficie de la solidaridad de la
misma a la hora de respaldar los esfuerzos para lograr la paz. Con la
vista puesta en el futuro, el círculo vicioso de la venganza y las
represalias debe cerrarse. Con la violencia -concluyó retomando las
palabras de Francisco durante su encuentro con los presidentes de
Israel y Palestina en los Jardines Vaticanos- los hombres y las
mujeres seguirán viviendo como adversarios o enemigos, pero con la
paz podrán vivir como hermanos y hermanas''.