Tilkif, IRAQ
(Agencia Fides, 24/07/2014) – En la tarde del martes 22 de julio,
los milicianos del autoproclamado califato islámico responsable de
la expulsión de los cristianos y chiítas de la ciudad de Mosul
lanzaron un ataque con morteros contra la aldea de Tilkif en un
intento de penetrar una de las ciudades de la llanura de Nínive,
donde se han refugiado muchas de las familias expulsadas por las
disposiciones impuestas por grupos sectarios que han tomado el
control de la segunda ciudad de Iraq. “El ataque comenzó desde un
pueblo controlado por los yihadistas - informa a la Agencia Fides el
sacerdote caldeo Paul Thabit Mekko - pero fue rechazado por las
tropas kurdas peshmerga. En la noche, el pánico llevo a decenas de
familias cristianas a huir a Dohuk, pero los soldados kurdos de un
puesto de control les dijeron que la situación estaba bajo control y
que podían regresar a casa. El párroco Louis Hadil me ha confirmado
que a las cuatro de la mañana la situación de emergencia en Tilki f
había desaparecido”.
El episodio ilustra
la incertidumbre que se cierne sobre toda la zona: por un lado, el
ataque es una prueba de que la milicia del Califato islámico no se
acontenta con controlar Mosul y quiere extender el control sobre la
llanura de Nínive. “Pero la reacción de los Peshmerga - señala
el p. Thabit Mekko - confirma que los kurdos están decididos a
proteger esta zona y tienen al firme intención de rechazar cualquier
intento de irrupción de los militantes yihadistas. Aquí, ahora,
garantizando la seguridad de la población sólo están las fuerzas
militares kurdas”.