Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 20/09/2016) - “Es inaceptable que 36 pacientes
psiquiátricos hayan muerto a pocos meses de su trasferencia del Life
Healthcare Esidimeni Centre a otras organizaciones no gubernamentales
locales y otros institutos, sin que haya intervenido el departamento
sanitario del Gauteng” afirma un comunicado firmado por Su Exc. Mons.
Abel Gabuza, obispo de Kimberley y Presidente de la Comisión Episcopal
Justicia y Paz de la Southern African Catholic Bishops’ Conference.
Al tiempo que expresa la cercanía de la iglesia a las familias de las
victimas, Mons. Gabuza, afirma: “mientras esperamos los resultados de
las investigaciones del departamento de la salud, queremos reiterar
nuestra profunda preocupación por el hecho de que este departamento no
ha escuchado las voces de alarma de la sociedad civil y de los
familiares por la cancelación del contrato con el Esidimeni Centre y las
recomendaciones de no proceder demasiado rápidamente con la
transferencia de los pacientes”.
Mons. Gabuza critica que las motivaciones del cierre son solo
económicas. “El departamento de salud ha terminado con el acuerdo a
largo plazo con el Centro Esidimeni porque costaba 11.343 rand al mes
(unos 728 euros), por un valor de casi 324 millones de rand al año
(alrededor de 2,1 millones de dólares)” . Una cifra exorbitante,
reconoce el obispo, que invoca un mayor control sobre los costes del
sistema sanitario, pero eso no exime a las autoridades de proporcionar
atención médica adecuada a la población. “Un sistema de salud que
antepone los beneficios económicos a las personas, y que no posee
medidas adecuadas de control de costes, es insostenible para el país y
es una sentencia de muerte para los pobres”. “Las personas con
enfermedades mentales son preciosas a los ojos de Dios y deben ser
consideradas como mucho más importantes que los dictámenes de eficiencia
fiscal y de los beneficios”, concluye el Obispo.