CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 17/09/2016) - La legítima preocupación por las
medidas de seguridad, dispuestas por el gobierno y organizadas por las
comunidades cristianas, “está alterando las relaciones interreligiosas
entre la gente común”, dice a la Agencia Fides el Obispo Auxiliar de
Dhaka, Mons. Shorot Francis Gomes.
El Obispo, que está en Roma para el Seminario de formación organizado
por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, comenta a la
Agencia Fides: “Hasta ayer, musulmanes, cristianos, hindúes,
especialmente en los pueblos y zonas rurales, vivían unidos, sin ningún
problema. Pero ahora se ha instaurado la sospecha entre la gente, somos
más cautelosos: cuando un extraño se acerca a una iglesia, se le
pregunta quién es y que busca”.
Este es uno de los efectos del miedo al terrorismo que se ha extendido
entre la sociedad de Bangladesh, después del ataque terrorista del 1 de
julio de Dhaka, que causó la muerte de 20 personas, en su mayoría
extranjeros, un miedo que también se vive entre las minorías religiosas:
“No podíamos ni imaginar un atentado de esa forma tan brutal. Es cierto
que en los últimos dos años, grupos o individuos extremistas habían
dado señales de crecimiento con amenazas e incluso asesinatos de
activistas y líderes religiosos, pero la matanza en Dhaka ha sido un
shock para todos. El gobierno, que tal vez había subestimado la amenaza,
ahora se lo ha tomado en serio.
El gobierno ha ordenado mayores medidas de seguridad para todas las
comunidades religiosas, especialmente en los templos, iglesias,
instituciones de las minorías religiosas, incluidas las mezquitas. El
gobierno también nos ha animado a dotarnos de seguridad, especialmente
en los pueblos, a través de un servicio de seguridad propio, que en
muchas partes hemos creado”, dice el Obispo.
En cualquier caso, concluye Mons. Shorot Gomes, “se trata de grupos
minoritarios que quieren perturbar la armonía y la estabilidad. La
Iglesia y la sociedad civil, con muchos musulmanes, en un acto público
masivo que tuvo lugar en Dhaka a principios de agosto, ha rechazado
enérgicamente el terrorismo y se ha manifestado por la paz y la armonía,
que siguen siendo una prioridad para la pequeña comunidad católica en
Bangladesh”.