Rabaul, PAPÚA NUEVA GUINEA (Agencia Fides, 20/06/2017) – “La población del distrito de West Pomio no ha 
participado al proceso decisional del proyecto de desarrollo confiado a 
la empresa multinacional malaya Rimbunan Hijau, relativa a la plantación
 de árboles para producir aceite de palma. El contrato de arrendamiento 
entre los dueños de las tierras y la empresa tiene una validez de 
sesenta años. Pero después de seis años, la mayoría de las personas en 
West Pomio, sin pedir a la empresa que se marche, han constatado los 
efectos negativos a nivel nivel social y ambiental. La población cree 
que tienen el derecho a ser más involucrados, para minimizar los efectos
 secundarios indeseables. Esto requiere la negociación de un nuevo 
contrato de arrendamiento para garantizar una protección adecuada a la 
población local y al medio ambiente. El objetivo es promover un proyecto
 que sea sostenible a largo plazo, a nivel económico, social y 
ambiental”. Así lo declara a la Agencia Fides, el Arzobispo
Francisco Panfilo, quién dirige la archidiócesis de Rabaul, que se ocupa
 de la cuestión planteada por la población del Distrito de West Pomio, 
en el territorio arquidiocesano. La cuestión que
 ahora ocupa el debate público en el país, ha salido a la luz después de
 la expulsión de Doug Tennent, un misionero laico de Nueva Zelanda que 
estaba actuando como colaborador, abogado y administrador de la 
archidiócesis de Rabaul, para ayudar a seguir la historia.
El arzobispo, convocado directamente por la población local para la 
defensa del territorio, ahora pide “diálogo y cooperación entre las 
partes y el interés de todos con el objetivo de promover el bien común y
 el bienestar de las futuras generaciones de West Pomio”. Por eso Mons. 
Panfilo insta a la empresa en cuestión, a los representantes locales y 
funcionarios del gobierno a “iniciar la mesa de negociación con el fin 
de formular un camino de desarrollo futuro basado en la justicia, la 
equidad y la sostenibilidad”.