Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 21/06/2017) - Un simple conflicto de sucesión del difunto
Kamwina Nsapu (Jefe tradicional) de los Bajila Kasanga, un clan de la
tribu Lulua, del territorio de Dibaya, a 75 km al sureste de Kananga,
capital del Kasai central, se ha convertido en una tragedia que ha
golpeado a todo el Gran Kasai, cuya entidad ha sido objeto de una nota
de la Nunciatura Apostólica de Kinshasa.
Según reconstruye una nota enviada a la Agencia Fides por la Red Paz
para el Congo, la causa del conflicto es la negativa del gobernador de
la provincia y del Ministro del Interior del Gobierno central, a
reconocer oficialmente el título de Kamwina Nsapu a Jean Pierre Mpandi,
designado por la familia gobernante, en noviembre de 2011, para suceder a
su tío fallecido, Anaclet.
La razón de este rechazo: al parecer, es que Jean Pierre Mpandi no era
miembro de alguno de los partidos de la mayoría presidencial.
Indignado, Jean Pierre Mpandiinició una campaña para animar a la gente a
no reconocer ninguna autoridad del Estado a partir del 20 de diciembre
de 2016, fecha que marcaba el final del segundo y último mandato
presidencial de Joseph Kabila Pero fue asesinado el 12 de agosto de
2016, durante una operación militar llevada a cabo por las fuerzas de
seguridad que trataban de detenerle. Sus seguidores se han organizado en
milicias y son reconocibles por una banda roja alrededor de la cabeza.
El levantamiento se extendió rápidamente a otras provincias vecinas,
como Kasai Oriental, Kasai y Lomami-, cristalizando el descontento de
una población que se siente abandonada por el gobierno central y
tradicionalmente en favor de los partidos políticos de oposición. Las
reivindicaciones se han politizado, incluida la solicitud de un primer
ministro proveniente de la Agrupamiento de la oposición y la
organización de elecciones dentro del plazo fijado en el acuerdo del 31
de diciembre de 2016, como garantía de la alternancia política del
estado.
El gobierno central de Kinshasa ha reaccionado procediendo a una brutal
represión de cualquier forma de alzamiento organizado por la milicia
Kamwina Nsapu, haciendo uso, como de costumbre, de un uso
desproporcionado de la fuerza, que ha contribuido a exacerbar el
conflicto.