Yangon, VIETNAM (Agencia Fides, 27/06/2017) – “Soy un pastor. No soy un profesional de la
política o del derecho internacional. Me conmueve el sufrimiento humano.
Gracias a los ojos de la fe, la justicia con compasión, hablo en contra
de cualquier tipo de opresión en este país. El inmenso sufrimiento de
los Rohingya en el estado de Rakhine es una de mis mayores
preocupaciones. Esta preocupación también la comparte el Papa Francisco,
que ha alzado su voz en favor de los musulmanes rohingya”: así lo
afirma el cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon, en un mensaje
lanzado por el final del mes de Ramadan y enviado a la Agencia Fides.
El cardenal recuerda “el gran potencial” y el “gran futuro” de Myanmar,
que debe abordar las cuestiones cruciales como la pobreza, la migración
forzada, las formas modernas de esclavitud, los conflictos y los
desplazamientos de población, pero también el extremismo religioso y la
condición de las minorías.
“Seguimos levantando nuestra voz por la minoría rohingya. Hace años ya
indicamos las causas de esta tragedia, hemos planteado la cuestión ante
la ONU explicando la terrible persecución sufrida por ellos como una
terrible cicatriz sobre la conciencia de nuestro país”.
Y mientras los expertos en derechos humanos determinan los abusos y
violaciones de los derechos humanos en el estado de Rakhine y Kachin,
Shan, y en todo Myanmar - y deciden si se puede hablar de “limpieza
étnica”, “crímenes de guerra”, “crímenes contra la humanidad”,
“genocidio” - el Card. Bo pide al Gobierno de Myanmar que “trabaje con
la comunidad internacional para investigar los crímenes reportados por
la ONU de una manera verdaderamente independiente, que lleva a la
justicia y garantice las responsabilidades”.
“Myanmar como nación se
enfrenta a muchos desafíos. Queremos que todas las partes persigan el
camino de la paz. El mundo entero juzga al gobierno sobre cómo se trata a
las minorías en el estado de Rakhine. El gobierno de Myanmar debe
alejarse de las posiciones que no son propicias para la paz y
distorsionan su imagen ante la comunidad internacional. Tenemos que
avanzar para construir una paz basada en la justicia”, dice el Arzobispo
de
Yangon. “La paz es posible. La paz es el único camino”, concluye.