CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 27/06/2017) - “¡No existe la misión cristiana en tranquilidad plena! Las dificultades y
las tribulaciones forman parte de la obra de evangelización ” ha
recordado el Santo Padre Francisco antes de rezar el Ángelus con los
fieles y los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro este domingo
25 de junio. Al reflexionar sobre el Evangelio del día (cf. Mt 10,26 -
33), en el que el Señor prepara a los discípulos para afrontar las
pruebas y la persecución que encontrarán en su misión, el Papa ha
subrayado que “ir de misión no es hacer turismo”.
“El envío a la misión de parte de Jesús no garantiza a los discípulos el
éxito – ha explicado el Papa -, así como no los pone a salvo de
fracasos y de sufrimientos. Ellos tienen que tener en cuenta tanto la
posibilidad del rechazo, como la de la persecución. Esto asusta un poco,
pero es la verdad. El discípulo está llamado a conformar su propia vida
a Cristo, que ha sido perseguido por los hombres, ha conocido el
rechazo, el abandono y la muerte en la cruz.… Debemos considerar estas
dificultades como la posibilidad para ser aún más misioneros y para
crecer en aquella confianza en Dios, nuestro Padre, que no abandona a
sus hijos en la hora de la tempestad. En las dificultades del testimonio
cristiano en el mundo, nunca somos olvidados, sino que siempre estamos
asistidos por la solicitud premurosa del Padre”.
Luego el Papa ha continuado diciendo: “También en nuestros días, está
presente la persecución contra los cristianos. Nosotros oramos por
nuestros hermanos y hermanas que son perseguidos y nosotros alabamos a
Dios porque, a pesar de ello, siguen testimoniando con valentía y
fidelidad su fe. Su ejemplo nos ayuda a no dudar en tomar posición en
favor de Cristo, testimoniándolo con valentía en las situaciones de cada
día, aun en contextos aparentemente tranquilos … el Señor, también en
nuestro tiempo, nos manda como centinelas en medio de la gente que no
quiere que la despierten del adormecimiento mundano, que ignora las
palabras de Verdad del Evangelio, construyéndose sus propias verdades
efímeras. Y si vamos allí o vivimos allí y decimos las Palabras del
Evangelio, esto incomoda y no nos mirarán bien. Pero en todo ello el
Señor nos sigue diciendo, como les decía a los discípulos de su tiempo:
‘¡No teman!’”.