Nairobi, KENIA (Agencia Fides, 22/01/2018) - La protocatedral de Nuestra Señora de la
Consolación en Marsabit, una iglesia católica en el norte de Kenia, en
la frontera con Etiopía, ha sido saqueada durante las violentas
manifestaciones por el arresto de un predicador musulmán. El saqueo se
produjo el sábado 13 de enero, cuando el equipo especial de la policía
arrestó al jeque Guyo Gorsa, acusándolo de tener vínculos con los
somalíes Shabaab, pero sol ahora hemos tenido noticia de ello en la
Agencia Fides.
Tan pronto como se supo del arresto del predicador, al menos 400 jóvenes
salieron a las calles de la ciudad, tratando de impedir que el convoy
de la policía donde estaba arrestado el jeque se marchase. Esto
desencadenó enfrentamientos con la policía mientras los jóvenes
asaltaron la estación de policía donde creían que el jeque Guyo Gorsa
había sido detenido.
Los jóvenes bloquearon las calles y crearon barricadas con llantas
incendiadas, desahogando su ira contra el vecino banco comercial de
Kenia, que ha quedado destrozado.
“Cuando la policía los dispersó de allí, se dirigieron a la iglesia
católica, y después de haber golpeado al guardián y destruido
completamente la puerta, entraron al complejo, rompiendo las ventanas
con piedras. Por suerte no consiguieron entrar en la catedral”, ha dicho
el padre Ibrahim Racho, vicario general de la diócesis de Marsabit.
También tres coches pertenecientes a la diócesis estacionados dentro del
complejo de la iglesia han sido destruidos.
El padre Racho informa que la policía llegó a tiempo y dispersó a los
alborotadores, pero esto no evitó que el saqueo y el vandalismo causasen
grandes pérdidas y daños a la propiedad, especialmente a tiendas,
hoteles y restaurantes.
Tres personas han sido asesinadas y otras han resultado heridas en los
enfrentamientos. En el complejo de la protocatedral solo el guardián ha
sufrido lesiones no letales.
El padre Racho ha explicado que no había tensión religiosa entre
cristianos y musulmanes en Marsabit. “Antes de este episodio la
coexistencia era pacífica, espero que lo que sucedió no derive de
animosidad religiosa, sino solo de la ira de los jóvenes musulmanes por
el arresto del jeque”.
El poder judicial ha dictaminado que permanecerá bajo custodia durante
30 días hasta que se completen las investigaciones sobre su persona.