Barinas, VENEZUELA (Agencia Fides, 26/01/2018) - “Un cuadro dantesco”. Con esta expresión bien
precisa, el Obispo José Luis Azuaje, al frente de la diócesis de Barinas
y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), describe a
la Agencia Fides la situación socio-económica del país. “En la vida de
los ciudadanos, el poder adquisitivo es casi igual a cero. Hay tanta
desesperación, que las personas se ven empujadas a cometer saqueos y
violencia todos los días, porque no hay alimentos en los supermercados.
Sin mencionar las medicinas”, señala. La riqueza del país “no llega a
las personas, porque el Estado se lo queda”, explica, “pero el pueblo
empobrecido merecen ser el sujeto de su destino con dignidad”. Las
fuerzas armadas, explica a continuación “están reprimiendo violentamente
las protestas y no actúan para proteger las vidas de los ciudadanos,
faltando al respeto de los derechos humanos”.
La Iglesia, continúa el presidente, contribuye todo lo que puede, sobre
todo gracias a la obra de Caritas, pero también sufre por la disminución
de fondos, que los fieles dan a través de las colectas. Por otro lado
se registra también el éxodo de sacerdotes extranjeros ancianos,
enfermos o simplemente asustados por la violencia y la falta de
posibilidades de recibir cuidados médicos. “La mitad de nuestros
encargados de la pastoral familiar y de los líderes juveniles”, señala
el Obispo, “han emigrado a Colombia, Perú o Chile, porque aquí no tienen
oportunidades”. Junto con ellos han dejado el país cerca de dos
millones de compatriotas, para los cuales Mons. Azuaje pide la
solidaridad de los países vecinos, que espera “los reciban como
hermanos”.
Ante la situación dramática del país, los Obispos piden “la solidaridad
de la Iglesia en otros países e instituciones de cooperación
internacional”, como Caritas Internationalis. La situación se ve
agravada por el hecho de que el gobierno no reconoce la emergencia y no
permite la llegada oficial de ayudas, lo que solo empeora la situación
actual. El Presidente de la Conferencia Episcopal cita un ejemplo: “Los
especialistas de Cáritas han detectado en el terreno un crecimiento
preocupante en la desnutrición infantil entre los niños menores de cinco
años. Han enviado estos datos a las autoridades sanitarias, pero los
han rechazado, además de prohibir la publicación de esas cifras”. Casos
de este tipo están al orden del día, agrega el obispo: “Siempre
invitaremos al diálogo - dice el prelado - pero si esto no trae
resultados, la CEV propondrá celebrar un referéndum para conocer la
voluntad real de la población sobre el futuro del país. Además
continuaremos
alentando a la gente a actuar para su propia supervivencia”.
“Venezuela lo tenemos que construir entre todos”, espera el Obispo, al
tiempo que señala que la Iglesia “no es enemiga de nadie, sino que
acompaña a la sociedad con la profecía, la denuncia y la proclamación
del Evangelio”. “Debemos unirnos -concluye- para hacer que las
comunidades se ayuden entre sí, con un sentido de comunión, que la
Iglesia no deja nunca de practicar, especialmente ahora, que la gente
está sufriendo”.
Mientras tanto, el Consejo de Obispos Latinoamericanos (Celam) y la
Conferencia Episcopal Uruguaya, entre otros, han expresado su
preocupación y solidaridad para con el pueblo y la iglesia venezolana.